Empleo

Cáritas avisa: «Los trabajadores pobres ya se han duplicado»

El 14% de los asalariados vive en el umbral de la pobreza por culpa de la «precariedad laboral»

Cáritas asegura que cada vez más llegan a sus comedores sociales personas con contratos de trabajo que viven en riesgo de exclusión
Cáritas asegura que cada vez más llegan a sus comedores sociales personas con contratos de trabajo que viven en riesgo de exclusiónlarazon

Juan José se quedó sin trabajo con 59 años y no se resignó a abandonar el mercado laboral. Simplemente, no podía. Tenía que mantener una casa, a dos hijos también en paro y a un nieto. Tras una ardua búsqueda de un puesto acorde a su capacitación profesional se dio por vencido y acabó aceptando un contrato de obra y servicio como distribuidor en una compañía telefónica. Firmó una jornada de 15 horas semanales con un sueldo de 600 euros, pero la realidad acabó siendo otra: le exigían estar hasta nueve horas diarias trabajando por ese sueldo. O lo que es lo mismo, jornadas de 40 horas por el precio de 15.

«Lo aceptas porque necesitas el trabajo y sabes que no hay nada más, menos para un hombre a las puertas de la jubilación. No tienes más donde elegir y las empresas lo saben, por eso abusan de ello», señala Juanjo. Un padre que con tan sólo 600 euros al mes hace malabares para cubrir las necesidades básicas de su familia, aunque reconoce que no lo conseguiría sin la ayuda de amigos y entidades sociales. Su caso es uno de los tantos que han aparecido con la crisis. Si en 2007, había un 7% de personas con contrato laboral en el umbral de la pobreza, esta cifra se duplicó en 2015, lo que pone de manifiesto que trabajar y ser pobre ya no es una paradoja.

Este fue uno de los datos que se presentó en la jornada «Trabajadores pobres: la exclusión social en el mercado de trabajo» celebrada ayer bajo el impulso de Cáritas, la Universitat Ramon Llull (URL) y la Fundación Pere Tarrés.

En este debate se llegó a la conclusión de que la crisis y la aparición de nuevas políticas neoliberales han hecho surgir un nuevo tipo de pobreza: personas que a pesar de tener un empleo viven en una situación de vulnerabilidad. En España, es el caso del 10% de la población ocupada que cobra 650 euros al mes, el salario mínimo interprofesional, pero también de ese 30% que tiene un salario por debajo de los 972 euros (el 60% del salario medio).

Según el director de Cáritas Diocesana de Barcelona, Salvador Busquets, esta radiografía demuestra «la forma en la que se ha gestionado la recesión económica». Porque, dice, la «productividad se está consiguiendo a través de la precarización de los trabajadores» y recordó que en España el 41% de los contratos son temporales y parciales, algo que fomenta la pobreza laboral junto a la alta temporalidad y la poca incidencia de las prestaciones sociales a la hora de paliar la exclusión social.

Frente a esta situación, el profesor de la facultad de Educación y Trabajo Social de la URL, Xavier Orteu, apostó por combatir el uso abusivo de la legislación laboral y aumentar el salario mínimo. Porque, aseguró, se ha generado una situación en la que el trabajo «ya no es un medio para proteger a las personas de la pobreza», ya que los empleos actuales son «inseguros, con dificultades para ascender y acceder a beneficios no salariales». Algo que vive con más crudeza si cabe el colectivo inmigrante, según Orteu, ya que «se tiende a culpabilizarlos». Además alertó de que la recuperación económica está dejando a un sector de la población en la cuneta, aquel donde la pobreza se ha vuelto endémica.

LAS CLAVES

El 10% cobra 650 euros. Uno de cada diez españoles con contrato de trabajo cobra el salario mínimo, que son 650 euros al mes.

El 30% menos de 972 euros. Un tercio de los trabajadores vive con un sueldo por debajo de los 972 euros, el 60% del salario medio.

El 41% son contratos temporales, algo que fomenta la pobreza laboral, junto a la alta temporalidad y la rotación laboral.

Productividad a base de precariedad. Cáritas denuncia que con la crisis la productividad perjudica a las políticas sociales.