CDC abre fuego contra ERC por no plantar cara a la CUP

CDC comienza a hartarse de ver a ERC interpretando continuamente el papel de «poli bueno» con la CUP. En otros momentos los convergentes optarían por morderse la lengua o, en todo caso, por expresar su malestar en público. Pero siendo precampaña electoral, Convergència no dudó ayer en censurar públicamente la inofensiva actitud que ERC –y en concreto Oriol Junqueras– mantiene con la CUP pese a la enmienda a la totalidad que la formación anticapitalista ha presentado a los presupuestos.

«Me gustaría que ERC tuviera una posición más firme ante la enmienda de la CUP, no tan contemporizadora», afirmó ayer el cabeza de lista de CDC al Congreso, Francesc Homs. El ex conseller y, en general, el conjunto de Convergència se siente muy molesto por la deslealtad de la CUP, ya que los convergentes consideran que el pacto de estabilidad firmado al inicio de la legislatura debería ser garantía suficiente para facilitar la aprobación de los presupuestos de la Generalitat.

Pero la CUP se guía por una lógica distinta y exige a Junts pel Sí que haga unas cuentas «desobedientes», que incorpore los impuestos que el Tribunal Constitucional ha suspendido, que desborde los límites de déficit impuestos por el Gobierno y que impague partidas de la deuda y sus intereses.

Junqueras ha evitado hasta el momento la confrontación por la CUP y se ha limitado a afirmar que el proyecto de presupuestos se puede «perfeccionar». La secretaria general de ERC, Marta Rovira, tampoco levantó el tono ayer: «Auguro lo mejor y que llegaremos a un acuerdo, creo que es posible».

El optimismo de ERC colisiona con las advertencias que ha realizado la CUP. «Es irreversible presentar la enmienda a la totalidad», confirmó ayer el diputado Benet Salellas, que aseguró que su grupo registrará esta iniciativa antes del día 6 de junio, tal y como marcan los plazos. Pese a todo, la formación anticapitalista dejó la puerta abierta a retirar la enmienda a la totalidad si Junts pel Sí introduce cambios sustanciales en la línea de añadir «elementos de ruptura con el Estado español, una fiscalidad más progresiva y revertir los recortes y las privatizaciones».

Los anticapitalistas consideran que todo está abierto por el momento y, entre otros escenarios, no descartan una eventual prórrroga presupuestaria. Según los anticapitalistas, en caso de no alcanzar un acuerdo, la legislatura no tendría por qué acabar y el proceso soberanista no tendría por qué descarrilar. Convergència, en cambio, considera que el camino hacia la independencia quedaría «muy tocado».

El pleno del 8 de junio marcará definitivamente la suerte de estos presupuestos.