El desafío independentista
Colau exige a Sánchez un «gesto humanitario» que acerque a los presos políticos
Pide a los partidos que «dejemos de vetarnos» para arrancar una nueva etapa también en Barcelona
Pide a los partidos que «dejemos de vetarnos» para arrancar una nueva etapa también en Barcelona
Desde el pasado jueves por la tarde, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, mira con envidia a Pedro Sánchez que, contra todo pronóstico, en menos de una semana, logró sumar a seis grupos políticos para sacar adelante una moción de censura y echar al PP del Gobierno. Colau, que se quedó sola con el tranvía, con la multiconsulta y ha aprobado los presupuestos con el único apoyo de su partido, pedía ayer al resto de grupos municipales que «dejemos de vetarnos los unos a los otros» y «empecemos una nueva etapa constructiva». Ahora que Cataluña ya tiene Govern y España estrena Gobierno pidió que el clima de diálogo con el que han arrancado ambas legislaturas se traslade también a Barcelona. «Nadie entendería que se pueda dialogar en el marco estatal y autonómico y no en Barcelona, donde también habrá que negociar los presupuestos», dejó ir. Elogió la «generosidad» de los partidos políticos que se han puesto de acuerdo para echar al PP. Aunque a un año de las elecciones, los partidos ya están colocados en sus respectivas casillas de salida, un handicap para llegar a acuerdos a nivel local.
La estrategia de Colau es intentar conseguir los pactos que no ha logrado hasta ahora. Se ha reunido ya con sus ex socios, el PSC y ERC para valorar esta nueva etapa de la que habla. Y abrirá una ronda de contactos con el resto de partidos políticos para hablar de cuáles son los retos más urgentes de Barcelona. El socialista Jaume Collboni avanzó que no tiene ningún interés en volver a formar parte del gobierno municipal. Aunque se ha levantado el 155, sigue dolido por la decisión de Barcelona en Comú de romper con el PSC en Barcelona por apoyar este artículo de la Constitución. «No debía mezclar peras con manzanas –la política municipal con el procés–. Sí ofreció acuerdos puntuales desde la oposición.
El PP de Alberto Fernández y el PDeCAT de Xavier Trias también le avanzaron que no tienen ningún inconveniente en reunirse, aunque son escépticos porque hasta ahora, «al equipo de gobierno de Colau le ha faltado capacidad de diálogo», lamentaron ambos.
A Trias le gustó que Colau pidiera a Pedro Sánchez que haga todo lo posible para acercar a los presos políticos. «Será imposible llegar a un clima de normalidad mientras los líderes sociales y políticos están en prisión», dijo. Pero como es consciente de que la decisión de liberarlos está en manos de los jueces, pidió al nuevo presidente del Gobierno que «haga todo lo posible para acercarlos a prisiones catalanas y dejar castigar a sus familias». En el Parlament, su partido presentará una propuesta para reclamar el acercamiento de los presos. La alcaldesa recordó que Sánchez sí puede nombrar a un nuevo fiscal general del Estado que retire las acusaciones contra los líderes independentistas y que Interior tiene competencias en materia penitenciaria.
Trias pidió que este nuevo escenario político que reclama la alcaldesa para Barcelona sirva para «poner fin a actitudes sectarias por parte del gobierno municipal». Los partidos tienen la oportunidad tejer acuerdos en el pleno extraordinario que Colau y Collboni han pactado para cerrar cuáles son los temas más urgentes a hablar con los nuevos gobiernos. La alcaldesa tiene una lista con cien temas, el más urgente la reforma de la Ley de Arrendamientos Urbanos, (LAU) para frenar el aumento de los precios de alquiler y cambiar las políticas de asilo. Ya ha pedido cita con Sánchez y Torra.
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