Barcelona
Con un pie en el futuro próximo
El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona plantea la hipótesis de hacia dónde se dirigen los hombres y las mujeres en el siglo XXI y más allá
El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona plantea la hipótesis de hacia dónde se dirigen los hombres y las mujeres en el siglo XXI y más allá
Cuando un hombre del siglo I antes de Cristo imaginaba el futuro, a lo máximo que podía llegar era a burros que hablaban o sandalias que te hacían correr como un burro que hablaba. En el siglo VIII, la cosa iba más allá, y podían haber señores que echaban fuego o cañones que trasladaban a soldados de un bosque a otro. En el XVIII, aquí ya podían haber barcos que saltasen a tierra, bicicletas motorizadas, y todos iríamos vestidos con bombachos y pelucas que nos acercasen al sol. Porque en cada época el futuro está limitado a su propio presente y por eso nadie ha acertado con sus predicciones. A veces sí, pero es sólo estadística, tiene el mismo valor que ganar la lotería.
En el siglo XXI, el presente es tan tecnológico y complejo que la imaginación sobre un futuro posible es inmenso, y por tanto, el más interesante de nuestra milenaria historia, salvo lo que puedan imaginar dentro de 100 años sobre nuestro futuro, eso ya será el no va más. El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) así lo demuestra en la muestra «+Humanos. El futuro de nuestra especie», unión de arte y ciencia para pensar en cómo seremos de aquí a unos años. «Es una exposición que generará debate y de la cual se va a hablar. Queremos dar herramientas para comprender el presente, prever el futuro y poder escoger», asegura Vicenç Villatoro, director del CCCB.
La exposición, coproducida por la Science Gallery del Trinity Collage de Dublin, y comisariada por Cathrine Kramer, plantea diferentes interrogantes. Se abre con «Capacidades aumentadas», que se pregunta si no acabaremos por ser todos cyborgs capaces de correr los 100 metros lisos antes incluso de empezar a correr. ¿Seremos al final todos superhéroes vulgares que preferiremos los antros viejos donde fumar en pipa y morir de una vez por todas?
La siguiente parte plantea cómo nos relacionaremos con los demás y qué hay detrás de la realidad virtual, a punto de convertirse en el ocio principal de todo el planeta. Vivir en otros planetas, comerciar con genes, escoger a la carta nuestros hijos, todos estos temas centran el resto de secciones, en un viaje apasionante a un futuro que nunca llega, que siempre se pone un poquito más lejos y luego cambia por completo.
El cuadro flamenco «La caída de Ícaro» (siglo XVII) de Jacob Peter Gowy; el «Casco desacelerador» (2014), de Lorenz Potthast, que permite al usuario percibir el mundo a cámara lenta; prótesis del siglo XVI; «Cómete el sol» de DIY Bio Bcn; o las “Muñecas quitapenas semivivas” (Oron Catts e Iona Zurr) son algunas de las piezas expuestas en el CCCB.
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