David Martínez Álvarez, alias «Rayden», el poeta que todos leen

En Sant Jordi, a última hora de la tarde, con la lluvia ya intensa, una librería estaba a punto del colapso. Y todo por un libro de poesía. ¡Todavía existen poetas! ¡Nohabían muerto todos con Pablo Neruda! No, nunca. Allí, había tanta gente que empezaron las protestas, sobre todo cuando unos intentaron colarse ante la larga fila de más de 500 personas que esperaban para conseguir la firma de un poeta. Su nombre, David Martínez Álvarez, cuyo segundo poemario, «TerminAMOs y otros poemas sin terminar» (Espasa es Poesía) ha vendido en dos semanas más de 20.000 copias. Si a esto le añadimos las más de 35.000 ejemplares vendidos de «Herido diario», su primer libro, está claro que algo excepcional hay detrás. Y si a esto le sumamos la pasión que levanta en sus lectores, está claro que el nombre David Martínez Álvarez esconde una gran historia.

Hasta hace poco, todos conocían a David Martínez Álvarez como Rayden, una de las figuras fulgurantes de la escena de hip hop nacional. Sus letras rimadas ya estaban en el corazón de sus admiradores, pero necesitaba la libertad de la prosa poética, sin corsés musicales detrás, para poder comunicar sus visiones de sí mismo y todo lo que le rodea. Y el resultado ha enamorado a toda una nueva generación de lectores. Poco importa que los raperos le llamen ahora despectivamente «el poeta» o los poetas sólo lo vean como «un rapero». El talento se definede a sí mismo de la conjura de los necios. «Vivimos en un país que antepone la antimeritocracia y donde el éxito siempre es sospechoso de primeras. La verdad es que no puedes dejar de hacer cosas por el miedo al qué dirán. Cuando tienes inquietudes, tienes que dejar que florezcan», asegura Martínez Álvarez. Sus discos venden 10.000 copias, y sus libros más del doble. ¿Desde cuando la poesía es más popular que la música? «Es curioso como, si hacer una lectura de tus poemas, la gente escuchará respetuosa, pero en un concierto la gente habla como si sólo fuese un ruído de fondo. Agradeces el respeto que se tiene a la poesía y no entiendo cómo se denigra a la música. Yo sólo espero que que me lean, no ojeen mis libros, así como que escuchen, no oigan mis discos. El problema es que en España hay más cultura de gin tónic que de música o literatura. No dices nada por pagar 13 euros por una copa, pero por un disco te parece una locura», asegura el músico poeta.

Lenguaje directo

La poesía de Martínez Álvarez es un rugido o un zarpazo que retumba, siempre con un lenguaje directo, de metáfora rápida y suelta y se te mete muy dentro. Habla del amor, de la vida, de la amistad, de la política, de la injusticia social, y todo con el mismo compromiso de desnudar todas sus ideas y pasiones. «No soy un cronista de mi tiempo, sino un damnificado, así que me es imposible no hablar de lo que ocurre a mi alrededor. No hay ánimo oportunista. Yo escribo y antepongo siempre el tener algo que decir que el querer decir algo. Por suerte, nunca he sentido la ansiedad de la página en blanco ni ningún bloqueo», comenta el autor de «Herido diario».

Esta voz, que va más allá del grito generacional, nunca deja de trabajar. En los próximos meses se encerrará en el estudio para grabar su próximo disco, que saldrá en abril próximo y espera poder empezar una carrera también como actor. «Hasta Beyoncé tiene que inventarse cosas para que la escuchen. Por eso esperaremos tanto en sacar el disco, hay que pensarlo bien», asegura Martínez Álvarez.