Duran alerta del riesgo de hacer el «ridículo» si no se pacta ni la pregunta

BARCELONA- No ha sido una semana fácil para para los socios de CiU y ERC. Empezó con desavenencias sobre la pregunta que debe hacerse en la eventual consulta que unos y otros se comprometieron, por escrito, en el acuerdo de legislatura, a celebrar el próximo año. Artur Mas y Oriol Junqueras avalan una pregunta con respuesta «sí» o «no», como la que tendrán que responder los escoceses el próximo 18 de septiembre, «¿Debería ser Escocia un estado independiente?». Pero las presiones de Unió y del PSC han hecho plantear otras opciones que incluyen una pregunta sobre una tercera vía entre el inmovilismo del Gobierno y la ruptura que supone la independencia.

Mas pidió, a principios de semana, discreción a todas las partes implicadas en la negociación de la pregunta para no dar pie a rumores sobre desacuerdos en el bloque a favor de la consulta. Y ayer, el secretario general de CiU y líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, alertó de que se corre el riesgo de hacer el «ridículo» si no se llega a un acuerdo para fijar la pregunta y la fecha del referéndum de autodeterminación.

Negociación discreta

En su carta web semanal, Duran, igual que hizo el president de la Generalitat a principios de semana, lamentó que se haya hablado demasiado en público sobre la negociación en torno al contenido de la pregunta de la consulta y de la fecha. La vicepresidenta del gobierno catalán, Joana Ortega, fue la protagonista de un rifirrafe con Oriol Junqueras a raíz de la fecha del referéndum. Ortega avanzó que, por cuestiones logísticas, no podría celebrarse antes del próximo octubre, y el presidente de ERC le replicó que «las cosas buenas, cuanto antes mejor», que su partido pretende hacer la consulta cuando recomienda el Consejo para la Transición Nacional, entre agosto y el 18 de septiembre, la fecha del referéndum de Escocia. ERC y CiU dirán este fin de semana si remiendan las costuras que han saltado o siguen tensando el pacto.