Exposición

El objetivo de Michals

Barcelona acoge una completa retrospectiva de este maestro

Duane Michals está considerado como uno de los grandes de la fotografía y la exposición en Barcelona es la antológica más importante que se le ha dedicado en la capital catalana
Duane Michals está considerado como uno de los grandes de la fotografía y la exposición en Barcelona es la antológica más importante que se le ha dedicado en la capital catalanalarazon

Barcelona acoge una completa retrospectiva de este maestro.

La Fundación Mapfre en Barcelona dedica la mayor retrospectiva hecha hasta ahora al fotógrafo «revolucionario» Duane Michals, considerado uno de los renovadores del lenguaje fotográfico que ha llevado más allá con la inclusión de textos, secuencias y vídeos en diálogo con otras artes.

Lo explicaron la comisaria de la exposición, que se podrá ver hasta el 10 de septiembre en la Casa Garriga i Nogués, Enrica Viganó y el director de Cultura de Fundación Mapfre, Pablo Jiménez Burillo, acompañados del fotógrafo estadounidense.

«Para mi, la fotografía son preguntas», dejó claro el fotógrafo al inicio de su discurso, en que se ha mostrado fascinado por el campo de las emociones, el misterio y lo desconocido. En 1958, Michals viajó a Rusia en su primer periplo fuera de Estados Unidos y con una cámara prestada se inició en las artes fotográficas, que sigue cultivando a sus 85 años de edad muy influenciado por el cine, y en diálogo con el arte contemporáneo, la poesía, la filosofía y la literatura. Para Michals (Pennsylvania, 1932), el arte es por encima de todo expresión, y para ir más allá del «frustrante» silencio que impone la fotografía, empezó a utilizar recursos como los textos a pie de foto, así como secuencias que muestran el antes y el después de la verdad fotográfica.

«Cuando observas mis fotografías, estás observando mis pensamientos», dijo el profesional, en una frase que se convierte clave para explicar su trabajo y filosofía de vida que le lleva a hablar de amor, muerte, mujer y homosexualidad.

La exposición empieza con una selección de retratos tomados durante un viaje turístico por la antigua Unión Soviética, y le sigue una muestra de sus pintores de referencia de los que sacó inspiración y fantasía para seguir adelante: Balthus, René Magritte y Giorgio de Chirico.

La muestra también hace parada en la primera serie destacada de Michals que, inspirada en el fotógrafo Eugène Atget, documentó una Nueva York vacía y silenciosa de un domingo por la mañana en que el artista encontró un marco para escenificar sus futuras historias.