El Síndic reprocha a Colau su inacción con el «top manta»

Ribó tacha de «intolerable» la permisividad del Consitorio y reclama una «acción contundente» contra este fenómeno

El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, ha dado un toque de atención a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, por su gestión de una problemática creciente en la capital catalana. Ayer, a través de un duro comunicado, tachó de «intolerable» su permisividad con el «top manta» porque, dice, «solo beneficia a los entramados mafiosos que controlan la venta ambulante ilegal». Ribó instó a Colau a que «deje de mirar hacia otro lado» porque eso «no beneficia a los manteros», que suelen ser personas inmigrantes en situaciones de vida muy precarias, la mayoría de las veces víctimas de «redes de crimen organizado que los utilizan y explotan».

Por ello el Síndic, pide al ejecutivo municipal que aborde este fenómeno de una manera integral, con un plan que contemple a la par la actuación policial y medidas sociales que «proporcionen alojamiento, fomación ocupacional y una situación administrativa regulada a las personas que se ven obligadas a vender en la calle para sobrevivir».

Cuando la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se estrenó en el cargo se dio de bruces con el que se convertiría en uno de sus principales retos de gobierno: el abordaje del fenómeno del top manta desde una perspectiva «social y no de seguridad».

A raíz del fallecimiento de un hombre senegalés dedicado a la venta ambulante ilegal en Salou, Colau escribió un alegato a favor de una solución pactada con los manteros, que pasaba por ofrecerles alternativas laborales a cambio del fin de su actividad. Primero favoreció la creación de un sindicato de vendedores callejeros ilegales y después les ofreció un asiento en la mesa de negociación que impulsó para abordar esta problemática junto a la Síndica de Barcelona, los partidos que conforman el Consistorio y las agrupaciones comerciales. Los comerciantes se negaron a hablar de tú a tú con los que les hacen una competencia desleal y tampoco con la alcaldesa, a la que acusaron de tomar una actitud pasiva ante este problema.

Mientras, aumentaba la presencia de manteros en la vía pública propiciada por la laxitud de la Guardia Urbana, que actúa bajo orden del Consistorio. Una política que provocó el descenso de un 20 por ciento de material decomidado y que el Port Vell se convirtiese en una especie de zoco ambulante ilegal.

Campaña contra la falsificación

Rafael Ribó también planteó en la reunión que mantuvo ayer con los comerciantes y entidades municipalistas, la necesidad de realizar campañas informativas y de sensibilización del consumidor sobre sus derechos y obligaciones, así como las repercusiones negativas que supone adquirir productos falsificados en el «top manta». Un fenómeno que conlleva la ocupación ilegal de la vía pública y que no haya una recaudación del IVA.