Literatura

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Gnósticos y reveladores

Original de uno de los textos gnósticos
Original de uno de los textos gnósticoslarazon

Armand Puig i Tàrrech contiúa su rescate de los evangelios apócrifos con una amplia selección de textos gnósticos

Emmanuel Carrère nos presentó en la segunda parte de su última novela, «El Reino» (Anagrama) la génesis del cristianismo primitivo en el siglo I con la reconstrucción de las vidas cruzadas de Pablo el Converso y Lucas el Evangelista. Esta apasionante relación, que él describía como una especie de «Don Quijote y Sancho», nos metía de lleno en la relevancia del mensaje cristiano y su vigencia 2000 años después. Sin embargo, en su ingente documentación obviaba los evangelios apócrifos, «ya que quería ceñirme a cierta oficialidad o me perdería en multitud de ramificaciones», señalaba entonces Carrère.

Quien quiera acercarse a esa «multitud de ramificaciones» del primer cristianismo , ahora tiene una excelente oportunidad gracias al empeño y sabiduría del biblista Armand Puig i Tàrrech. En 2008 publicaba «Els evangelis apòcrifs» (Proa), que ya saludaba con un esperanzador «volumen 1». Han tenido que pasar ocho años, pero el segundo volumen ya ha llegado a las librerías, y el resultado es un trabajo extraordinario, «Els evangelis apòcrifs: textos gnòstics» (Proa).

El gnosticismo, que viene de la palabra griega gnosis, conocimiento, quería ser una aproximación a la experiencia cristiana alejada de la iglesia apostólica, basada, sobre todo, en la asumir por completo la resurección y la cruz, en una absorción cognitiva envolvente de esa realidad a partir de un nuevo paradigma de dualidad. Sus tesis, que incluían influencias platónicas, así como judías, abundaron durante los siglos II y III y su influencia fue tal que llegaron a ser excluídos de la iglesia.

El libro incluye los textos canónicos del movimiento, encontrados en 1945 en la biblioteca de Nag Hammadi, así como en el còdex gnóstico de Berlín. Son, en concreto, «El evangelio de Tomás»; «El evangelio de Felipe»; «El evangelio de la verdad»; «Diàlogos del Salvador»; «Evangelio de María»; «El primer apocalipsis de Jaume»; «Apócrifo o libro secreto de Juan»; y el «Evangelio de Judas». «El gnosticismo cristiano es visto con precaución y con creciente hostilidad hasta el punto de serle aplicada la categoría de herética a partir de Justiniano en el siglo II. La percepción es que era una filosofía platónica reelaborada que engullía el mensaje cristiano, por lo que dejaba de ser un instrumento de aquello que tenía que servir», explica Puig en su exhaustivo y reveladora introducción.

El biblista sigue el rastro de la influencia gnóstica hasta nuestros días. Muchos autores clave de la literatura del siglo XX son permeables a sus textos y se sabe que la psiquiatría, y en concreto Carl G. Jung, que llegó a crear un mito gnóstico propio, utilizó su paradigma de la dualidad para describir al yo profundo de la psique. «Los procesos internos de alienación, ignorancia y pérdida, que forman la experiencia humana, encuentran en el gnosticismo un referente claro. El yo lanzado fuera de la prisión del mundo por culpa de un error que no ha cometido y deseoso de de reencontrar el mundo superior donde encontrará la luz y el reposo, la insatisfacción del que aún no ha encontrado su verdadero origen son temas que resuenan en autores como Hesse, Proust, Mann o Joyce», concluye Puig i Tàrrech.

Leer estos textos hoy y dejarse seducir por su revelación es un ejercicio sanador completo.

«els evangelis apòcrifs: textos gnòstics»

A cargo de Armand Puig/ Ed Proa