Barcelona
La Cámara de Comercio insiste en el déficit de inversión en las infraestructuras catalanas
Valls elogia la inversión en los últimos años, pero señala que «no es suficiente»
El mismo día en el que una moción de censura provocó un cambio de Gobierno en España, la Cámara de Comercio de Barcelona (CCB) volvió a insistir en lo que denunciaron, un déficit de la inversión en infraestructuras en Cataluña.
El mismo día en el que una moción de censura provocó un cambio de Gobierno en España, la Cámara de Comercio de Barcelona (CCB) volvió a insistir en lo que denunciaron, un déficit de la inversión en infraestructuras en Cataluña, una demanda muy repetida en los últimos años.
El presidente de CCB, Miquel Valls, pidió ayer al nuevo presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, que nombre a un ministro o ministra de Fomento catalán. Fue un intento de aproximar las próximas decisiones a Cataluña, teniendo en cuenta que, según insistieron, hay un déficit de 4.185 millones de euros en esta materia.
77 por ciento en 2017
Valls hizo balance de los últimos 30 años en inversiones en infraestructuras de movilidad en Cataluña, «con un déficit que es de los más importantes en España», resaltó. Sobre la citada cifra en inversiones planeada por el Gobierno entre 2017 y 2020, el presidente de CCB señaló que en 2017 se invirtieron 790 millones, un 77 por ciento de la ejecución prevista para ese año.
Admitió la Cámara que en los últimos 30 años ha mejorado la inversión en infraestructuras en Cataluña, aunque no se ha eliminado el tradicional déficit. Añade el organismo que se trata de dos periodos. Uno de 1988 a 2005, en el que Cataluña perdió peso, mientras que en los últimos años ha sucedido al revés. La mejor inversión ocurrió en 2013. Un dato es que el porcentaje conseguido en estos gastos sigue siendo menor que el del valor del PIB de Cataluña en el conjunto de España.
Para Valls, los objetivos de reducción de déficit y de la deuda pública condicionan la capacidad inversora, y lo continuarán siendo en los próximos años, con lo que situarse sobre los 1.000 millones anuales será «difícil» de conseguir. Reconoció que «hay una voluntad política de hacer más», pero añadió que «no es suficiente», a pesar de que el déficit de infraestructuras se ha reducido un poco respeto a los años de crisis, y calificó el periodo de 2013 a 2016 de «años negros» en inversiones de este sector.
Valls mencionó los «grandes proyectos pendientes» de infraestructuras en Cataluña, como el impulso de Cercanías, la estación de la Sagrera o el nuevo acceso ferroviario de la T–1, del que dijo que, además de la obra, es «preocupante que no se esté afrontando el debate sobre el modelo de explotación», que cuenta con la dificultad de que la Generalitat es el titular del servicio, pero que las vías son de Adif.
También mencionó los nudos ferroviarios de Montcada y de L’Hospitalet y la necesidad de impulsar las inversiones en la red viaria. Valls pidió que se replanteen la política de inversiones, priorizando el criterio de eficacia y de rentabilidad social, ambiental y económica de la inversión sobre otros criterios.
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