Desahucio
Los inmigrantes se encierran en una Iglesia de Poblenou tras ser desalojados
Apenas habían pasado unas horas del primer día en que se podía producir el desalojo del nave situada en la calle Puigcerdà del Poblenou de Barcelona cuando éste se llevó a cabo. Un amplio dispositivo policial irrumpió sobre las 8.00 horas en el enclave, acompañado por personal de Centro de Urgencias y Emergencias Sociales (Cuesb) y la Cruz Roja. En el edificio permanecían un centenar de personas. No hubo incidentes, pero ocurrió lo que la asamblea solidaria contra los desalojos se temía: muchos de los afectados se han quedado en la calle con lo puesto.
«Todavía es hora de que el Ayuntamiento nos explique por qué han dejado a una madre y a sus hijos en la calle», declaró ayer Enrique Mosquera, uno de los integrantes de la asamblea. Por ello, y porque se ha producido, según denuncian, «un flagrante incumplimiento de la promesa de Trias de que daría techo a todos como mínimo hasta finales de agosto», unos 60 inmigrantes se han encerrado en la Iglesia de Sant Bernat Calbó del Poblenou.
Permanecerán en ella, con el consentimiento del rector de la parroquia, Francesc Romeu, hasta el 31 de julio, fecha límite que se han dado desde la asamblea para lograr que el equipo municipal vuelva a reunirse con ellos para concretarles cómo piensa llevar a cabo sus promesas: alojar a todos los afectados y derivar a las personas que así lo deseen al plan de formación de inserción laboral. Los afectados aseguraron que el Ayuntamiento miente cuando dice que no se les ha impuesto un límite de tiempo para dormir en los lugares habilitados porque lo que ha ofrecido son máximo ocho días de cobijo. También, denunciaron que una de las pensiones que en teoría estaba disponible les negó el acceso argumentando que nadie les había avisado de que iban a llegar. Asimismo, corrigieron al Consistorio, que aseguró haberse hecho cargo de los enseres de los inmigrantes «porque cada uno se ha espabilado».
Por su parte, el comisionado de Inmigración y Acción Comunitaria municipal, Miquel Esteve, explicó que, desde enero y hasta el pasado martes, fueron atendidas por los servicios sociales 441 personas de la nave, 137 realojadas, 31 inscritas en el plan de inserción laboral y tres volvieron a su país de origen.
A pesar de esas cifras, la labor del Ayuntamiento se evidencia insuficiente. Junto a la nave de la calle Puigcerdà, otra fue también desalojada ayer en Poblenou, donde este tipo de ocupación es el pan de cada día y la mayoría de los afectados no tienen permiso de residencia.
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