Barcelona
¿Por qué el distrito más obrero vota Ciutadans?
En un contexto polarizado, Nou Barris olvidó que es de izquierdas y votó a un partido liberal contra la independencia. Sólo 3 de cada 10 vecinos eligió una opción soberanista. El distrito más abstencionista se movilizó a partir de la DUI.
En un contexto polarizado, Nou Barris olvidó que es de izquierdas y votó a un partido liberal contra la independencia. Sólo 3 de cada 10 vecinos eligió una opción soberanista. El distrito más abstencionista se movilizó a partir de la DUI.
Sofía pasa corriendo con Dylan y Alan por delante del colegio «La Marinada», en el distrito de Nou Barris de Barcelona. Los niños, 6 y 8 años, saludan con sorna a su colegio, están de vacaciones y hasta el lunes no quieren saber nada de sus profesores. Visten con orgullo la misma camiseta blanca con el nombre de «Ronaldo». «Cosas del padre», comenta Sofía, «que es del Real Madrid». Van con prisa porque tienen entreno en el campo de fútbol de la Guineueta para preparar el primer partido del año. Ese es un plan habitual de los domingos, también lo fue del domingo 1 de octubre. Mientras en algunos colegios electorales se liaba la de San Quintín entre la policía y los ciudadanos que querían votar, la familia Cortés vivía ajena al follón del referéndum. Tampoco fueron a votar el 21-D.
Con excepción del Raval, Nou Barris cuenta con los barrios más abstencionistas de la ciudad. En siete de los nueve barrios del distrito, la participación fue menor del 70 %, cuando en Barcelona la media fue de un 81,4 %.
Además, fue el único distrito de Barcelona donde JxSí perdió las elecciones del 27-S. Entonces, ganó C’s, como en muchas plazas del área metropolitana de Barcelona, y juntos evitaron la victoria independentista en votos. «Grosso modo» Nou Barris funciona como el Ohio del área metropolitana de Barcelona, quien gana aquí, se impone en la provincia de Barcelona. Ahora, no sólo ha vuelto a ganar «la Arrimadas», sino que en barrios del distrito como Torre Baró (39,9%) o Trinitat Vella (37,7%), junto a Pedralbes (41%), es donde C’s ha obtenido sus mejores resultados.
Hasta que Carles Puigdemont no anunció la DUI, Nou Barris vivía con despreocupación los problemas de identidad soberanista.
Pero el 21-D, el distrito más pobre de la ciudad, con una renta de 56 sobre una media de 100, un 38 % de población extranjera y más de la mitad de vecinos llegados en las oleadas de inmigración del siglo pasado del resto de España, habló y dijo «no» a la independencia. Los partidos soberanistas sumaron un 30% de votos y los contrarios a la ruptura un 68%.
En la Asociación de Vecinos, Manolo y Julio, tesorero y vocal, aseguran que en su agrupación no se habla de política ni de fútbol. Ya en la setentena, recetan a Mariano Rajoy y Puigdemont «respeto».
Juan, el kioskero de la plaza Llucmajor, el corazón del distrito, que madruga cada día a las 4.15 de la mañana «para poner la autovía que va de Granollers a Barcelona», cuenta que «este no es un barrio muy politizado». «Los vecinos cada vez compran menos prensa –pese a que los catalanes tienen un mayor interés por la política–», cuenta. «Lo que más se vende a la vuelta de las vacaciones es la colección de vinilos de los Beatles y los zomlings, unos juguetes para niños», ilustra.
Los más mayores, como Pepe, que nació en Granada, pero vino jovencito a trabajar a Barcelona, se queja de «cómo la han liado los unos y los otros». «¡Nos van a volver locos!», exclama, antes de soltar que «el referéndum me la trae floja y no iré a votar».
En cambio, Jordi y Alba, una pareja que podría ser hija o nieta suya, se muestran más comprometidos con el desafío de Puigdemont. Jordi explica algún episodio de tensión que ha vivido el distrito. «Cuando soltaron a los altos cargos de la Generalitat detenidos, un grupo de jóvenes se presentó en la plaza del ayuntamiento, donde había convocada una cacerolada en protesta por la intervención del Estado, con los móviles y un altavoz desde el que se escuchaba a todo volumen el himno de España».
Mientras los dos bloques siguen con su pelea de carneros, en el skatepark de la Guineueta vienen patinadores de todos lados a hacer cabriolas y «halfpipes». Hasta de Chambord, una ciudad de la periferia de París, como Fredéric y sus amigos que están de «tripskate» en Barcelona. De todos los patinadores, sólo Fred y la única chica que ayer había en la pista, Elsa, de Mollet del Vallès, tienen una opinión sobre la situación política. Al resto, como afirma David, «le resbala». «Yo paso, soy apolítico», resume. Ni él ni su amigo, el Johnny, que vienen de Sant Boi, votaron. Tampoco Carlos, de L’Hospitalet, que está flipando con los saltos de David. En cambio, Elsa, que estudia un grado superior de Diseño en la Escola Illa de Sabadell, dice que «no es cuestión de estar a favor o en contra de la independencia, muchos estamos indignados por la falta de diálogo».
Como cuenta el consejero del PDECAT en Nou Barris, Adrià Ventura, pese a no ser un distrito soberanista, sí es combativo (el partido de Ada Colau sacó aquí su mejor resultado), aunque en un contexto polarizado, los vecinos se han olvidado de que son de izquierdas y han votado masivamente (31% de los votos) a un partido liberal que prometía no romper con España. En las anteriores, ya ganó pero con menor diferencia (22%).
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