Barcelona

PP y PSC dan por finiquitado el pacto de legislatura entre Mas y Junqueras

ERC no garantiza ahora su apoyo a las cuentas ni con un déficit del 2,1 por ciento

Sánchez-Camacho descarta al PP como socio de Mas para sacar adelante los presupuestos
Sánchez-Camacho descarta al PP como socio de Mas para sacar adelante los presupuestoslarazon

BARCELONA– Igual que cada 22 de diciembre 47 millones de españoles están pendientes de un número, el gobierno catalán, sus socios de ERC y los partidos de la oposición están pendientes de una cifra. El objetivo de déficit que finalmente el Gobierno asigne a Cataluña esta año. Una décima más o menos, puede cambiar el futuro de Artur Mas, no en vano, cada décima equivale a 200 millones de euros. Pero a pesar de que el presidente de la Generalitat se juega el porvenir de su gobierno, durante la breve reunión que mantuvo con Mariano Rajoy el pasado viernes en Barcelona no habló de números. Tampoco trataron cifras concretas el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y el conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, que ayer dio por cerrada la negociación por el déficit con el Gobierno, pese a que no hay un objetivo pactado.

Las condiciones de ERC

Después de que Montoro rechazara un déficit para Cataluña por encima del 2 por ciento, Mas-Colell insistió en que la postura catalana sigue inamovible en el 2,1 por ciento. Y aunque admite que las conversaciones con el ministerio continúan, se ha puesto a trabajar para adaptar la prórroga de los presupuestos al 1,2 por ciento de déficit provisional que el Gobierno ha dado a las Comunidades Autonómas. Cada vez coge más fuerza la posibilidad de llegar a diciembre con unos presupuestos prorrogados, porque tal y como señaló ayer la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, «Esquerra ha dejado colgado a Mas». El mismo presidente de ERC, Oriol Junqueras, corroboró que, en estos momentos, su partido no garantiza que el apoyo a los presupuestos aunque el techo de déficit sea del 2,1%.

ERC pone ahora como excusa para respaldar las cuentas que el Gobierno primero debería pagar a Cataluña «lo que nos debe», desde la disposición adicional tercera del Estatut, al fondo de competitividad, las becas del ministerio de Educación y las partidas de la ley de la dependencia.

Tras escuchar una sarta de evasivas por parte de ERC para no respaldar las cuentas de la Generalitat, Sánchez-Camacho instó seriamente a Mas a buscar otro socio o un pacto de estabilidad entre todos los partidos en el que también se impliquen los agentes sociales y económicos para superar la situación de bloqueo presupuestario.

Si bien el PP se sumaría al pacto de estabilidad, se autoexcluye como socio de Mas. «No nos va a engañar por tercera vez», comentó la presidenta del PP catalán, con quien CiU sacó adelante los dos presupuestos de la anterior legislatura. Sánchez-Camacho aprovechó para denunciar que Mas no ha puesto a dieta a la administración pública, tal y como pedía el PP y, aún menos, ha aparcado la política identitaria.

Si finalmente Mas es incapaz de sacar adelante unos presupuestos y se ve abocado a prorrogarlos, Sánchez-Camacho le invitó a dimitir como presidente de la Generalitat porque habrá demostrado que «es incapaz de liderar una crisisi».

El PSC también cree que el pacto entre CiU y ERC está sentenciado a muerte, tras la última coartada que Junqueras se ha sacado de la manga. El portavoz de los socialistas catalanes lamentó que el rodillo de CiU y ERC sólo funciona cuando se abordan temas soberanistas, pero se atranca cuando toca gestionar políticas contra la crisis y para reactivar la economía.

Miedo al desgaste

Por más que Junqueras encuentre pretextos para no apoyar los presupuestos y pese haber firmado un acuerdo de legislatura para garantizar la gobernabilidad de Mas, ERC no quiere responsabilizarse de unas cuentas que implican severos ajustes. No quiere convertirse en portavoz del discurso de la austeridad y enfrentarse a las clases populares. Ahora que acaba de recuperarse en las urnas y los sondeos le sonríen no quiere desgastarse gobernando a la sombra.

Mas puede sumar con otros. El PP le insta a hacerlo con el PSC. Otra solución, aunque más difícil de negociar, sería que PP y PSC se abstuvieran. Con los 50 votos a favor de CiU, la abstención de los 39 diputados que suman PP y PSC y los 46 votos en contra del resto habría presupuestos.