Cataluña

«Queremos decirle a Rajoy que lo que pasa en Cataluña afecta a toda España»

Josep Ramón Bosch, presidente de CCC.
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Entrevista con Josep Ramón Bosch, presidente de Sociedad Civil Catalana, que mañana lunes se reúnen con el presidente del Gobierno en Moncloa.

Hace dos semanas, Josep Ramón Bosch, presidente de Sociedad Civil Catalana, se entrevistó con Artur Mas en el Palau de la Generalitat para expresarle sus discrepancias respecto al proceso soberanista. Mañana lo hace con Mariano Rajoy en La Moncloa para lanzarle propuestas. Una agenda que impresiona en una entidad con apenas dos meses y medio de recorrido.

–Usted es historiador. ¿Cataluña está en uno de esos momentos decisivos que marcan un antes y un después?

–No se puede negar que estamos cerca de un punto de no retorno. Esto es como cuando uno va cayendo a lo largo de una catarata y llega un momento en que no hay otra opción que precipitarse. Las cosas se han llevado demasiado lejos. Ha habido muchísimas manipulaciones de nuestra propia historia. Por ejemplo, este año en Cataluña se conmemora el tricentenario de 1714 con mentiras escandalosas. Hablan de aquel hecho histórico como una guerra entre España y Cataluña con gran naturalidad y es absolutamente falso. Sin embargo, creo que estamos a tiempo de dar la vuelta a todo esto.

–Mañana se reúne con Mariano Rajoy. ¿Es un buen momento para darle la vuelta a todo esto? ¿Qué le va a pedir al presidente?

–Primero vamos a agradecerle que nos reciba porque creemos que nuestra asociación, Societat Civil Catalana, representa a la mayoría de los ciudadanos de Cataluña, es decir, a los no independentistas. Luego, queremos trasladarle propuestas concretas, pero no las quiero adelantar porque queremos reservarlas para mañana.

–¿Piensa que mañana van a discrepar o van a coincidir en sus puntos de vista?

–Creo que podemos compartir una parte importante del diagnóstico con el presidente del Gobierno, pero también sabemos que la manera de ver España desde Cataluña no es la misma que desde Madrid. Queremos explicarle a Mariano Rajoy nuestra forma de ver la realidad social y política en la que estamos metidos y explicarle también que este problema no afecta únicamente a Cataluña sino al conjunto de España.

–Hace dos semanas se reunió con Artur Mas. ¿Cómo fue la entrevista?

–Fue cordial, correcta y también tensa.

–¿Tensa?

–Le pedimos que no firme el decreto de convocatoria de la consulta porque sería tanto como ser el responsable del «desbordamiento», usando sus propias palabras. Le dijimos que debía calmar los ánimos en Cataluña, ya que el río no se debe desbordar.

–¿Salió del Palau de la Generalitat más alarmado de lo que entró?

–Salimos de la misma forma. Él insiste en que quiere convocar una consulta y nosotros pensamos que quiere pasar a la historia como el presidente que ha firmado un decreto de autodeterminación. De todas maneras, creemos que él sabe que no la va a poder realizar.

–Hablemos de la «realidad social y política» que antes mencionaba. Ustedes dicen que Cataluña está «enferma».

–Decimos que la sociedad catalana está enferma porque no es una sociedad políticamente madura. Es una anomalía que aquí por definirte como un catalán que te sientes español seas tratado como «fascista» o «franquista». Esto es tremendo. En Baviera, a nadie le llaman «nazi» por definirse como alemán. Por ejemplo, en tertulias de TV3 se ha acusado a miembros de Societat Civil Catalana de ser «quintacolumnistas», «intoxicadores» o «malos catalanes». Esto crea un caldo de cultivo muy negativo y criminaliza a una opción sentimental que es mayoritaria. También es una sociedad enferma porque ocurre lo mismo cuando uno se define como de derechas o de centro derecha. Con lo cual, si no eres miembro de la tribu parece que ya no seas un buen catalán y esto es lo que queremos denunciar.

–¿En Cataluña hay miedo?

–Sí. Hay miedo a manifestar públicamente lo que yo estoy diciendo. Hay miedo a perder el puesto de trabajo, a ser señalado, a ser eliminado civilmente en la sociedad, a decir que no eres independentista. Esto es una realidad. Yo he estado hace poco en Zaragoza por cuestiones laborales y les he dicho a empresarios aragoneses «oye, ¿por qué no dais un paso público y decís en Cataluña que os sentís españoles?».

–¿Y qué le dijeron?

–Pues la respuesta es que «no» porque tienen «intereses económicos en Cataluña». Hasta estos extremos hemos llegado. Por eso, me temo que no sólo la sociedad catalana está enferma, sino toda España. Falta un proyecto ilusionante en España. En cambio, los independentistas han sabido construir con mentiras una Arcadia feliz, una Cataluña independiente donde todos seremos rubios, millonarios y guapos. La crisis, además, ha propiciado una tormenta perfecta para que este mensaje de esperanza independentista cuaje, sobre todo, cuando lo que se oye de España es paro, corrupción, pobreza, bancos intervenidos, Bárcenas, etcétera.

–Ustedes aspiran a que los catalanes que se sienten españoles salgan del armario. ¿Cómo se consigue?

–Pues poco a poco. Si sale uno y le dan cuatro bofetadas, pues igual no sale nadie más. Pero si salimos 20 y luego 20 más, pues vamos a conseguir que se visualice una mayoría silenciosa y, si no, una minoría de bloqueo importante. Yo creo que estamos en esta situación. Hay mucha gente que se está acercando a Societat Civil Catalana pero va a hacer falta mucho tiempo.

–Societat Civil Catalana se presentó en público el pasado 23 de abril, día de Sant Jordi. ¿Hasta qué punto han evolucionado en este tiempo?

–En efecto, hace apenas dos meses y medio que nos presentamos en público. Hemos crecido territorialmente con agrupaciones en todas las provincias de Cataluña, también con sectoriales y, por supuesto, con simpatizantes y donaciones. Pero hace falta mucho más porque necesitamos una mayor capacidad organizativa y aquí es importante el compromiso de todos los españoles, no sólo de los catalanes.

–¿Falta «conllevancia» entre Cataluña y el resto de pueblos de España?

–Falta «conllevancia» y falta conocernos más entre los españoles. Un asturiano y un gaditano son tan distintos como un canario y un madrileño. Hay que buscar mayor compenetración, hay que mejorar los lazos de unión y formar un proyecto común más ilusionante.

–¿Echan en falta una solidaridad mayor del resto de pueblos de España?

–Nosotros queremos mandar este mensaje: que no nos dejen. Este «pues iros de una vez» también hay que combatirlo porque esto es lo que buscan los independentistas. España es un país fantástico y no hace falta romperlo.

–El próximo 11 de septiembre, Diada de Cataluña, planean un acto en Tarragona. ¿Será un acto para levantar la voz contra la independencia?

–Queremos hacer un acto festivo, familiar y lúdico, no vamos a hacer algo en contra de nadie. Y queremos ligar este acto con otros actos que hemos programado para el Día de la Hispanidad y para el 6 de diciembre, Día de la Constitución.

–¿Societat Civil Catalana va a proponer un nuevo modelo de organización de España?

–No. En nuestra asociación conviven autonomistas, federalistas y nacionalistas moderados, y no es nuestra función. Nuestro único planteamiento, por el momento, es que ni a Cataluña ni al conjunto de España le conviene una secesión.

–¿Cuál es el mayor riesgo que comporta, a su juicio, la secesión? ¿Es económico, es social?

–Es un riesgo para todo y para todos. Es un riesgo social, cultural y económico.

–¿Y cree que el presidente de la Generalitat no ve todos esos riesgos?

–Él busca diferenciar en todo momento la consulta de la independencia. Probablemente, él no sea independentista, al menos por las frases que nos dejó entrever. Pero claro, una consulta de una parte de España para decidir sobre toda España entendemos que no es posible. En todo caso, si hubiera un acuerdo entre el Gobierno y la Generalitat para hacer una votación legal y pactada nosotros no pondríamos pegas.

–Dentro de dos meses se celebra el referéndum de independencia de Escocia. ¿Puede influir en el proceso catalán su resultado?

–Si sale el «sí» la influencia va a ser grande, puesto que esto va a dar alas a los independentistas. Si sale el «no», es relativo. Lo que sí que es cierto es que el referéndum de Escocia se ha escondido, apenas se habla de él. Como las posibilidades de que salga el «no» son altas, pues se intenta ocultar. Con lo cual, todo lo que envuelve al referéndum de Escocia comporta más riesgos que otra cosa.

–¿Han tomado ustedes alguna referencia del proceso en Escocia?

–Hemos seguido con mucho interés el movimiento «Better together» (Juntos mejor), que ha recibido muchas ayudas de los británicos. Ellos comenzaron trabajando el discurso del miedo y ahora están tocando un discurso más sentimental, que es el que nosotros queremos hacer. Creemos que el discurso del miedo es negativo y alimenta a los independentistas.

–¿No hay que recurrir al argumento de que Cataluña quedaría fuera de la UE?

–Hay que explicar los riesgos de la independencia sin recurrir al miedo. Simplemente, explicar la verdad.