Literatura
Ramon Solsona descubre la épica de los trabajadores del Pirineo
El escritor sitúa «Allò que va passar a Cardós» en las obras hidroeléctricas de los años 60
El escritor sitúa «Allò que va passar a Cardós» en las obras hidroeléctricas de los años 60
Las casualidades y el azar son motores extraordinarios para la creatividad y la imaginación. El escritor Ramon Solsona había ido a refugiarse unos días en un pequeño hotel de los Pirineos. Había ido a descansar, dejar por unos días la cabeza en blanco y disfrutar de la paz de la montaña. El día en que, maleta en mano, se disponía a irse, le dijo al conserje del hotel, como gesto amable, «Qué valle tan tranquila». El hombre le miró sin acabar de estar de acuerdo y le dijo «Esto ahora, proque hace unos años esto parecía las Ramblas». Solsona no acababa de entender a lo que se refería, debía ser una exageración propia del sentido del humor de la zona, pero lo cierto es que interrogó a aquel hombre y supo, por primera vez, de las faraónicas obras hidroeléctricas que colapsaron la zona de 1959 a 1974.
Con este contexto nace «Allò que va passar a Cardós» (Proa), «Todo lo que sucedióo en el valle» en la traducción al castellano en Tusquets, novela coral que entrecruza las vidas de todos aquellos que, por una razón y otra, vivieron aquel periodo, un auténtico «boom» humano y vital. «Fueron unas obras auténticamente colosales, con poblaciones provisionales construídas para albergar a los muchos trabajadores que se trasladaron a la zona. Allí se juntó una amalgama de gente sorprendente, y se creó una relación compleja con los vecinos autóctonos. Allí había muchas historias que contar», señala Solsona.
El escritor nos traslada a estas altas montañas en el año 1965, una vez las grandes obras ya han empezado y comienzan a surgir los primeros conflictos entre los vecinos de la zona. «Era un territorio muy rico en historias, una tierra de frontera, en un momento de cambios, cuando el sello de la dictadura estaba todavía presente, pero notándose que el franquismo era mucho menos áspero que en la posguerra. No he querido explicarlo todo, pero sí que salga toda aquella ebullición», afirma Solsona.
El escritor no tenía ni idea decentrales hidroeléctricas, ni de megaconstrucciones, pero ahora no tiene reparo en asegurar que es «todo un experto». Incluso afirma que ha visitado más de una docena de veces la central de la zona, que se puede visitar bajo cita, una experiencia que recomienda a todo el mundo.
Claro que lo importante de la novela no es la documentación técnica, sino la épica historia de unas personas abrumadas por la experiencia extrema de esta construcción. A partir del asesinato de un Guardia Civil durante una fuerte noche de nieve, los diferentes protagonistas irán cruzando sus historias y descubriendo sus secretos hasta que, como un puzzle, todo acaba por conformar un mapa preciso de la zona emocional del valle, como un reproducción humana de los mapas geográficos de la zona. «En 1965 hubo el pico de trabajadores. Se calcula que había unos 2.500 que llevaron consigo dinero, problemas, alegría y penas. La mayoría llegaban engañados, creyendo que trabajarían en Barcelona. Se crearon comercios, cines, salas de baile, había tanta agitación como una pequeña ciudad», señala el autor de «L’home de la maleta».
La infraestructura comportó más de 50 kilómetros de galerías subterráneas, pozos verticales, incluso cuatro centrales invisibles desde el exterior. Se calcula que llegaron hasta este pequeño territorio del Pirineo entre 20.000 y 25.000 personas entre 1959 y 1974. Aunque los protagonistas y acciones son ficción, todo el contexto es real. El resultado es un fresco humano que palpita en cada página y convierte a los protagonistas en antihéroes con una capacidad increíble para soportar las condiciones más complejas. «La mayoría, al acabar las obras, se marcharon a sus zonas de origen, pero hubo también muchos que se quedaron que mantienen viva esta historia», dice Solsona.
«Los que sueñan»
Elio Quiroga
MINOTAURO
431 páginas
19,50 euros
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