Barcelona
Santamaría: «El reférendum no es un mandato democrático»
La vicepresidenta acepta abordar todos los puntos de la Generalitat, excepto la consulta
La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, volvió a Barcelona para liderar una reunión sobre la ponencia económica y de administración territorial que el PP debatirá en su próximo congreso nacional.
El plan de acercamiento a Cataluña que ha puesto en marcha el nuevo gobierno de Mariano Rajoy dio ayer un nuevo paso. La vicepresidenta y ministra de la Presidencia y para las Administraciones Territoriales, Soraya Sáenz de Santamaría, volvió a Barcelona para liderar una reunión sobre la ponencia económica y de administración territorial que el PP debatirá en su próximo congreso nacional, a mediados de febrero. De esta manera, los populares escenificaron una vez más la solidez de su apuesta por una reorientación de las relaciones con Cataluña: traer uno de los textos principales que se discutirán en su próximo cónclave, con alto contenido simbólico porque se hace en una autonomía que reclama especialmente revisar la actual estructura territorial de España. El encuentro juntó a figuras significativas del partido: estuvieron el ministro de Energía, Álvaro Nadal, la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, así como el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, el presidente de La Rioja, José Ignacio Ceniceros, el vicesecretario general del PP, Javier Arenas, y al coordinador general del PP en Cataluña, Xavier García Albiol.
Santamaría llegaba un día después de que el independentismo tratara de desmontar el «diálogo y entendimiento» del Gobierno, aprovechando un nuevo conflicto judicial con la citación a declarar de la presidenta del Parlament, Carme Forcadell. La vicepresidenta, sin citarlo, se refirió a ello, insistiendo así en que la mano tendida debe estar supeditada al marco constitucional. «La ley es la expresión soberana de la voluntad del pueblo y es un producto que protege a los ciudadanos de los malos gobernantes», reivindicó. En la misma línea se refirió a la consulta de autodeterminación: «Ni la CUP ni el Gobierno pueden impulsar un referéndum». Con ello quiso contraargumentar una de las razones que más esgrimen los independentistas para llevar a cabo el referéndum: que es un mandato democrático surgido de las elecciones. Para Santamaría, nadie puede acoger este encargo porque «lo que es el conjunto de los españoles, lo deciden el conjunto de los españoles».
La vicepresidenta se mostró clara en su voluntad de combinar respeto al marco legal y diálogo para «procurar solucionar los problemas de los catalanes». Prometió abordar 45 de los 46 puntos de la lista –en referencia a no incluir la consulta– que le entregó en abril el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. Pero Santamaría, que pretende mantener contacto con toda la sociedad civil, fue más allá, y afirmó que «la gente, cuando vengo aquí, nos dice cosas que importan y que no nos ha dado el Govern en su lista».
La reunión también sirvió para atender uno de los ejes principales del nuevo giro estratégico del PP: la mayor presencia del partido y del Estado en Cataluña. Y es que una de las peticiones de Albiol durante las últimas fechas ha sido que el Gobierno esté en Cataluña y explique las actividades que desarrolla con beneficio para los catalanes para contrarrestar al independentismo. De esta forma, Santamaría, que acudía por sexta vez en algo más de un mes a Barcelona, durante su intervención empleó también un tono reivindicativo y destacó las ayudas que han estado recibiendo estos años las instituciones catalanes. Recordó que en Cataluña se han destinado desde 2012 60.000 millones de euros para pagar a proveedores y servicios públicos –un 60 por ciento de ellos para sanidad– y se ha ahorrado hasta 16.000 millones de euros en pago de intereses. «El Gobierno lo es de Cataluña y va a estar aquí», proclamó.
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