Tribunales

«Se aprovechó del trabajo para abusar»

El fiscal pide para un terapeuta de Sabadell 37 años de cárcel por presuntas agresiones sexuales a pacientes en las sesiones

La Razón
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El fiscal pide para un terapeuta de Sabadell 37 años de cárcel por presuntas agresiones sexuales a pacientes en las sesiones.

Un terapeuta de Sabadell afrontó ayer la primera sesión de un juicio en el que se le acusa de abusar sexualmente de cuatro pacientes, en dos casos cuando eran mujeres menores de edad. La Fiscalía pide un total de 37 años de cárcel, porque considera que el acusado enmascaró como técnicas de relajación y crecimiento personal las prácticas sexuales a las que presuntamente les sometía.

Las víctimas ratificaron en la primera sesión de la vista oral lo que explicaron en dependencias judiciales en 2016, justo después de que un tribunal condenara al mismo terapeuta a seis años de prisión por abusar de un menor y una joven en su consulta.

La ratificación de la versión de las víctimas tuvo lugar a puerta cerrada para preservar su intimidad. La acusación particular ejercida por los denunciantes había solicitado al tribunal esta medida para evitar la «perturbación» que les podría causar ser interrogados en presencia de público.

Además de los citados 37 años de cárcel, el fiscal también pide 720.000 euros en concepto de indemnización por los daños morales provocados a las supuestas víctimas. El acusado se encuentra actualmente en prisión cumpliendo la citada pena de prisión. Uno de los denunciantes decidió a poner su caso en conocimiento de la justicia cuando tuvo conocimiento de la condena del procesado.

Según la versión del fiscal, el acusado se aprovechó de su relación de confianza con las víctimas para llevar a cabo los abusos. Cuando el terapeuta comenzó con estos presuntos delitos, en algunos de los casos, y con el pretexto de ofrecerles un refuerzo escolar gratuito o clases de tenis, se ganó su confianza, insiste el Ministerio Público.

Después de establecer un vínculo con los menores, el procesado se prestó a realizarles «terapias de reequilibrio» y «masajes energéticos», situaciones que aprovechó para cometer los supuestos abusos. Siempre según la versión de la Fiscalía, a pesar del «rechazo» y confusión de las víctimas, el procesado se aprovechaba de la «relación de confianza» que les unía, ya que les aseguraba que los tocamientos que realizaba eran «parte de la terapia y necesarios para la curación». Una de las víctimas, que en ese momento era menor de edad, la convenció que las prácticas sexuales la estaban ayudando a «superar sus traumas».

A la víctima más reciente, también la conoció cuando era menor de edad y, durante unos años, mantuvieron una relación médica y otra «prácticamente consanguínea» con ella, ya que compartieron comidas y «salidas en familia», concluyó el fiscal en su escrito. Hoy es otra jornada muy importante dentro de esta vista oral, ya que se celebrará la declaración del acusado.