Cataluña

Setas veraniegas

La búsqueda de setas es una de las actividades con más tradición en Cataluña
La búsqueda de setas es una de las actividades con más tradición en Cataluñalarazon

La tradición de cazar hongos en Cataluña es tan fuerte que existe una cierta masificación, e incluso algunos municipios cobran una tasa por desarrollar este «hobby» en su territorio.

Junto al Barça, los «castellers», el «pà amb tomàquet» y el «all i oli», la pasión por recorrer los bosques en busca de setas forma parte del ADN de los catalanes. Tal es el fervor, que la lengua catalana tiene una fórmula propia para nombrar la acción de ir a la montaña a recoger setas, «cazar setas»; que la televisión pública hace años que emite un programa en «prime time» una serie divulgativa sobre el mundo de los hongos, «Caçadors de bolets», y que la fiebre por las setas y la consecuente masificación que sufren los bosques ha empujado a algunos municipios a cobrar una tasa por desarrollar este «hobby» en su territorio.

Cada otoño, vuelve el mismo debate sobre la necesidad de elaborar una normativa que regule el acceso a los bosques, tanto públicos como privados, y la explotación de sus recursos.

Aunque la afición de recoger setas está asociada al otoño, en verano se pueden encontrar ya hongos en los bosques catalanes. A mediados de junio, si el tiempo acompaña, cosa que no ha sido el caso, pues nos encontramos ante un verano preocupante seco, salen los primeros «ceps». También pueden salir «rossinyols» y los «apagallums». Pero es a finales de agosto que junto a los «pinetells» y los «rovellons» empiezan a poblar los bosques catalanes. Hasta la llegada del frío, a finales de noviembre, los catalanes pueden disfrutar de este «hobby». Y para facilitar que las cestas no queden tristes y vacías, un estudio de ForESmap, realizado por el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (Creaf) descubre los municipios donde hay más setas. El ganador es Castellar del Riu (Barcelona), con una media de 27 kilos por hectárea al año.

El proyecto, unos mapas que valoran la cantidad y la calidad de los servicios ambientales que aportan los bosques en cada municipio catalán, cuyos resultados preliminares ya fueron presentados en abril, también confirma que el Pirineo occidental concentra la máxima biodiversidad de aves.

No es el único mapa que ha sideñado For ESmasp. También está al alcance del usuario, los municipios para los amantes de la ornitología. La Conca de Dalt y Abella de la Conca (Lleida) son los municipios que albergan una mayor riqueza de aves forestales, con un total de 57, según el estudio, que también especifica que los municipios con mayor valor para el conjunto de biodiversidad son La Vall de Bianya (Girona), Soriguera (Lleida) y Coll de Nargó (Lleida).

Sant Julià de Ramis y la Vall d’en Bas (Girona) son los que más cantidad de carbono capturan por hectárea. Los mapas también revelan que los bosques del norte de Cataluña húmedos y frescos son los que proveen de más servicios ambientales en términos absolutos, pero que los bosques típicamente mediterráneos del sur «son puntos calientes de biodiversidad de un gran valor».

ForESmap también muestra que los servicios de provisión se focalizan principalmente hacia el norte y el nordeste de Cataluña; Castellar del Riu, Agullana y Les Llosses son los que, en conjunto, mayor valor obtienen para este tipo de servicios.

Para el aprovechamiento de madera y leña, la provincia de Girona se sitúa en cabeza, aunque el 45 por ciento de los municipios «no presentan prácticamente ningún aprovechamiento maderero, a pesar de tener bosque dentro de su término», según ForESmap.

En cuanto al conjunto de los servicios de regulación que ofrecen los bosques catalanes, las regiones meridionales y del nordeste son las que ofrecen más servicios de regulación, en concreto, Albanyà (Girona), Sant Jaume de Llierca (Girona) y Castell de l’Areny (Barcelona).

Las zonas más atlánticas del Pirineo obtienen valores altos en cuanto a la fertilidad del suelo o la regulación climática, y los bosques gerundenses son los que mayor capacidad tienen para controlar la erosión del suelo.

Los bosques mediterráneos de la mitad sur de Cataluña albergan la mayor riqueza de especies leñosas, elevada en municipios como Horta de Sant Joan, Cornudella de Montsant o Montreal, todos ellos en Tarragona.