Una floristería de Las Ramblas vende plantas alucinógenas

El peyote es un cactus tóxico cuya comercialización está prohibida por sus efectos psicoestimulantes.

Una floristería de Las Ramblas de Barcelona tiene a disposición del público una veintena de ejemplares de peyote, una planta tipo cactus conocida por los efectos alucinógenos y psicoestimulantes que produce en caso de ser consumida y cuya venta está prohibida en España desde 2004.

Un dato que conocía el dueño de la tienda. Según informó la Guardia Urbana, en 2010 ya se le apercibió por vender esta especie junto con algunos ejemplares de San Pedro, otra especie de cactus tóxico, pero en un puesto distinto. Por aquel entonces aseguró que «desconocía la prohibición» y retiró las plantas. Ahora, la floristería alega que no venden peyote para su consumo, sino como especie ornamental. También subraya la procedencia legal de estos cactus, que como el resto de las plantas que tiene a la venta afirma que adquiere en el Mercado Central de la Flor de Vilassar de Mar.

El peyote es una planta cuyo principio activo es la mescalina, un potente estimulante del sistema nervioso central y responsable de los efectos psicodélicos. Se suele consumir directamente o en té y sus efectos pueden durar entre tres horas y diez días. Produce alteraciones visuales, euforia y sentimiento de separación del cuerpo y , como todas las plantas alucinógenas, puede llegar a causar desórdenes mentales. El responsable de Toxicología del Hospital Clínic de Barcelona, Santiago Nogué, alertó de los peligros de esta planta, que «puede llegar a provocar un coma» y explicó que aquí «no es muy conocida» porque su hábitat natural es el desierto mexicano. En latinoamérica, las tribus indígenas la utilizaban para alcanzar experiencias espirituales y extracorporales durante sus rituales.

Sin embargo, su consumo empieza a extenderse en España. De hecho, es fácil encontrar en la web foros en los que se indican varios puntos de venta, uno de ellos las Ramblas de Barcelona. Los usuarios dan recomendaciones de compra e incluso valoran los precios : «No pasan de 15 euros, pero son más caros que en Internet», apuntan.

Tanto el peyote como el San Pedro son plantas de muy fácil acceso y de una regulación laxa, pero no por ello exentas de riesgo. Uno de los ejemplos más claros de la peligrosidad de este tipo de especies es el estramonio. Se encuentra fácilmente porque crece en cualquier sitio, así que la policía no puede detener su consumo. Empezó a instalarse en las fiestas «rave» del verano de 2011. La alerta no saltó hasta que murieron dos jóvenes por probarla. Un tercero quedó internado con graves secuelas mentales.