BOICOT DESAFORTUNADO

Compromís demostró no estar a la altura que corresponde a sus cargos

El boicot protagonizado ayer por los representantes institucionales de Compromís a la entrega del «Premio a la Convivencia Manuel Broseta» tiene una lectura desagradable. La ausencia de la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra; del alcalde de la ciudad, Joan Ribó, y de los miembros que esa coalición tiene en el Gobierno valenciano desvela, por si alguien tenía alguna duda, el carácter sectario con tics totalitarios de la citada organización política.

Uno puede estar de acuerdo o en desacuerdo tanto con el galardonado, en este caso la Societat Civil Catalana (SCC), como con la propia asociación organizadora del acto, pero a la vez debería ser consciente de que representa a la Generalitat y al Ayuntamiento, en donde tenemos cabida todos los valencianos, cualquiera que sea su tendencia política o color preferido. Para más inri, la Generalitat es patrono de la Fundación Manuel Broseta.

De nuevo, ayer, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, volvió dar una lección cívica y política a Compromís, actuando como corresponde y estando a la altura de las exigencias de su cargo. No se extrañen los radicales del fracaso que van a cosechar en lo que se refiere a superarle electoralmente en 2019.

Item más. El presidente tuvo así la ocasión, y bien que la aprovechó, de marcar ciertas diferencias de nuestra Comunidad con Cataluña, contestando adecuada y cortésmente a las insinuaciones expuestas por su predecesor en la oratoria. Una lástima la imagen desafortunada que algunos reflejan de nuestras instituciones. Recuerden aquello «quien siembra vientos, recoge tempestades». Así es la vida.