Valencia

Casa Caridad echa en falta ayudas de la Generalitat y la Diputación

La ONG lamenta que los nuevos Gobiernos se desentendieran de los compromisos adquiridos por sus antecesores. Admite que el cambio en el sistema de subvenciones les afecta, pero están «tranquilos»

Casanova (en el centro), durante la visita a las nuevas instalaciones de Benicalap
Casanova (en el centro), durante la visita a las nuevas instalaciones de Benicalaplarazon

Los donativos privados son los que hacen posible que la Casa de la Caridad abra sus puertas cada día a los más necesitados. Gracias a la «buena voluntad de los valencianos», tal y como señala el presidente de esta ONG, Antonio Casanova, la entidad ha podido llevar adelante uno de sus proyectos más ambiciosos, el primer multicentro sociosanitario impulsado por la sociedad civil destinado a personas sin recursos en estado convaleciente.

Casanova presentó ayer ante los medios de comunicación el nuevo centro de Benicalap con el orgullo de haber cumplido plazos y presupuesto y con el lamento de la escasa implicación de las Administraciones. El presidente de Casa Caridad admitió sentirse decepcionado por la falta de ayudas de los nuevos Gobiernos y por el hecho de que estos no mantuvieran la promesa de sus antecesores. «La Generalitat no nos ha ayudado... por el cambio político. Quizás si hubieran seguido los mismos...». En cuanto a la Diputación de Valencia, «no sabe, no contesta», aseguraba respecto a la falta de comunicación con la institución que preside el socialista Jorge Rodríguez. El único que «no ha variado sus compromisos» ha sido el Ayuntamiento capitalino, que cedió el suelo sobre el que se levanta el albergue.

Evidenció no solo la nula sintonía con el Ejecutivo de Ximo Puig respecto a las ayudas para levantar y mantener las nuevas instalaciones de Benicalap, sino que también le recrimina que les «sacara de la lista» (el pasado mes de noviembre, la Generalitat eliminó, con alguna que otra excepción, de los Presupuestos para 2016 las subvenciones nominativas a oenegés, es decir, aquellas en las que aparece el nombre del beneficiario. Entre las damnificadas estaba la Casa de la Caridad).

«Ellos sabrán por qué lo han hecho. Si alguien tiene currículum suficiente somos nosotros. Y aunque esperamos que cambien de criterio, si hay que presentarse a un concurso, no pasa nada, lo haremos, y que nos den lo que crean oportuno», declaraba resignado. «Esta decisión nos afecta, pero estamos tranquilos. Hemos superado dictaduras y guerras y eso ha sido posible porque tenemos al pueblo valenciano detrás, con el que volveríamos a contar si tuviéramos un apuro».

A él recurren ahora con una campaña de micromecenazgo en las redes sociales, a través de la plataforma «microdonaciones.net», con el lema «Ayudemos a una persona enferma y sin hogar», para recaudar fondos a pequeña escala.

En cuanto al perfil y cantidad de usuarios de sus servicios, la ONG ha detectado un incremento del número de jóvenes procedentes de centros de menores, sin ningún soporte económico, y que en el caso de las mujeres necesitan además afectividad, que en ocasiones se traduce en embarazos y el ciclo (de la pobreza) «se reproduce».

Según se desprende del tercer «Informe de las Personas Sin Hogar», destaca también una mayor cronificación de la pobreza en las personas sin hogar (entre 385 y 405 personas en Valencia), ya que el 50 por ciento de los usuarios ya había sido atendidos con anterioridad, «pero ahora llegan con peores condiciones y mucho más mayores». Las mujeres representan, además, el 21 por ciento de las atenciones.

Un centro para familias y enfermos

El nuevo Multicentro Social de Benicalap acogerá un albergue de convalecientes con 32 habitaciones, otro para familias con capacidad para 34 personas, y una escuela infantil con 90 plazas. La obra, que ha costado 4,3 millones de euros, ha sido posible gracias a los donativos, las reservas de la ONG y préstamos bancarios. Abrirá sus puertas de forma oficial en un par de semanas.