El Botànic II avanza en sus ejes de Gobierno pero sigue sin dar detalles

PSPV y Compromís escenifican su unión ante un Podem que no cede a pesar de su pérdida de escaños

En política, como en la vida, nada es casualidad. Por ello, el hecho de que los negociadores de Compromís retrocedieran ayer en su trayectoria para unirse a los de PSPV y llegar juntos a la sede de Podem, tiene su significado. Los miembros de un partido y de otro llegaron a La Morada, donde se celebraba la tercera reunión de la mesa negociadora del Botànic II, por parejas, siendo uno de la formación socialista y el otro de la nacionalista.

De esta manera escenificaban su unión ante un Podem que no cede en sus pretensiones a pesar de haber perdido cinco escaños en las últimas elecciones autonómicas, al pasar de 13 a 8.

La tercera reunión de los botánicos se cerró con unos ejes programáticos bastante claros aunque sin detallar lo esencial: cuántas Consellerias habrá, cómo se nombrarán y quiénes serán sus responsables. Para ello habrá que esperar al menos una semana que más.

Los representantes de las tres formaciones se mostraron ayer confiados en poder llegar a un acuerdo definitivo sobre la estructura del Gobierno antes del próximo 12 de junio, cuando se celebrará el pleno del debate de investidura.

Por el momento, asuntos como el cambio climático, la igualdad entre hombres y mujeres o la transición ecológica, son algunos de los asuntos centrales para los partidos que conformarán el futuro Gobierno.

El representante de Podem y secretario general de la formación, Antonio Estany, ni confirmó ni desmintió que su partido ocupe la Conselleria de Vivienda durante la próxima legislatura, tal y como se publicó durante la tarde de ayer, aunque aseguró que «atender la emergencia habitacional» es una de las prioridades de este partido.

Por su parte, Manuel Mata, en nombre del PSPV, señaló que todavía no se sabe ni cuántas Consellerias tendrá el nuevo gobierno ni quién las ocupará ni cómo se denominarán, porque los retos de futuro son diferentes a los de hace cuatros años, cuando había que «luchar contra la corrupción y sanear las instituciones».