Hoy toca controlar al presidente

VALENCIA- Desde el inicio de curso hasta final de año se han celebrado cuatro sesiones de control al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra. Son cortas, no duran más de una hora, y dinámicas, puesto que pueden intervenir no solo los portavoces de los grupos, sino dos diputados más de cada partido para repreguntar, lo que obliga a que se produzca cierta improvisación en las respuestas.

¿Cómo aprovechan los partidos de la oposición esta oportunidad? Las preguntas suelen ser bastante similares. Es más, las cuestiones han llegado a repetirse no solo en diferentes sesiones de control, sino en la misma.

Sin duda, los asuntos estrella han sido Radiotelevisió Valenciana (RTVV) y los relacionados con la corrupción. Ambos han ganado peso frente a la economía. Como excepción, la primera pregunta que realizó el PSPV para abrir el actual periodo de sesiones. Preguntaba por los Presupuestos Generales del Estado. Después, usó su turno de preguntas para ridiculizar el Acuerdo de la sociedad civil por la Comunitat, exigir la marcha atrás en el cierre de RTVV y cuestionar la firma por el indulto al exalcalde de Torrevieja, Pedro Hernández Mateo.

Por su parte, Compromís ha interrogado a Fabra sobre el caso Gürtel, la Ley de Administración Local, que depende del Gobierno central, sobre el impacto del cierre que tendrá RTVV y los avales concedidos por el Consell a empresas públicas y privadas.

EU tampoco se sale del guión. Abrió la temporada con una pregunta sobre la preocupación que tiene la ciudadanía por la corrupción, abordó la liquidación de RTVV durante dos sesiones seguidas y cerró interrogando al presidente si creía que la ciudadanía entendía su política de corrupción.

Solo los populares se salen de estos temas. Han abordado los Presupuestos de la Generalitat, el pacto del Tajo- Segura, los datos de paro de octubre y los informes presentados sobre el sistema de financiación.

Poco debate y mucha tensión

A lo largo de los últimos meses la tensión ha ido creciendo en Les Corts hasta hacer desaparecer cualquier posibilidad de debate. El ejemplo más reciente se vivió la pasada semana cuando las protestas de la oposición acusando al PP de que no respondía a lo que se preguntaba llegó a impedir que se llegase a escuchar a los parlamentarios.