Medio Ambiente
La amenaza de sequía, cíclica y sin soluciones definitivas
Infraestructuras programadas hace 15 años siguen sin ejecutarse
Los veranos sin sequía son casi tan inusuales como los otoños sin inundaciones. Ambas circunstancias son inherentes al clima mediterráneo y los expertos han dejado claro que cada vez se repetirán con mayor periodicidad. Sin embargo, a la Comunitat Valenciana le queda mucho para estar preparada para afrontar sin sobresaltos estos problemas.
La Cámara de Contratistas de la Comunitat Valenciana denuncia que el Gobierno central se ha olvidado de manera sistemática del territorio valenciano. Como prueba, aporta el volumen de licitación del Ministerio de Agricultura, Agua y Medio Ambiente del año 2014 y de los cinco primeros meses de mayo de 2015.
Mientras que en el ámbito nacional el pasado ejercicio invirtió a través de las empresas públicas con competencias de agua 497 millones de euros, a la Comunitat Valenciana, le tocaron 26 millones. O lo que es lo mismo, el 5,24 por ciento del total. Cifra que, en cualquier caso, está muy por debajo del porcentaje de población y PIB que representa la Comunitat Valenciana.
Todavía más preocupantes son las cifras de este año. Mientras que en el ámbito nacional se han destinado 251 millones, la Comunitat recibió 135.727 euros, es decir, el 0,053 por ciento.
La Cámara de Contratistas realiza un repaso histórico de la evolución de la obra pública para constatar que nunca se ha beneficiado a la Comunitat.
Tras la trágica ruptura de la presa de Tous el 20 de octubre de 1982 todavía tuvieron que pasar cinco años y una nueva riada para que el Gobierno del PSOE impulsase un Plan de Defensa del río Júcar y declarase de urgencia la construcción de la gran presa de Tous sobre el río Júcar, la de Escalona y la de Bellús.
La primera quedó finalizada en 1996 con capacidad para embalsar 340 hectómetros cúbicos. Otra de las obras fundamentales para evitar desastres es la presa de Bellús. Tiene capacidad para 69 hectómetros cúbicos y no se finalizó hasta 1995.
Los contratistas afirman que tras estas actuaciones declaradas de urgencia no fue hasta el año 2000 cuando el Ministerio de Medio Ambiente y la Generalitat aprobaron un plan global frente a inundaciones en la Ribera del Júcar.
Este documento recogía ejecutar las presas de Estubeny (río Sallent), de Montesa (río Canyoles) y la del Marquesado (río Magro), así como la mejora del drenaje y encauzamiento de varios barrancos. Todas estas actuaciones se cifraron en 750 millones de euros de inversión.
Sin embargo, la CHJ tardó nueve años en recibir el visto bueno para comenzar a redactar los proyectos constructivos. Desde 2009 hasta 2012 se produjeron muchas reuniones con los afectados para consensuar la ejecución de dichas obras.
Ni protección, ni reservas
Pasado este proceso, la Cámara de Contratistas de la Comunitat Valenciana advierte que después de 33 años de la rotura de la presa de Tous los 200.000 habitantes de las 19 poblaciones de la Ribera del Júcar siguen por una parte, desprotegidos frente a las inundaciones y, por otra, sin tener las reservas de agua que podrían recogerse en los embalses diseñados para sus cultivos.
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