Valencia

La teoría del como

Ángela Quintas presenta «Las recetas de ‘Adelgaza para siempre’» (Edit. Planeta), libro en el que descubre platos basados en el método que «enseña a comer y a mantener el peso deseado»

Ángela Quintas posa con su nuevo libro durante la entrevista
Ángela Quintas posa con su nuevo libro durante la entrevistalarazon

Ángela Quintas presenta «Las recetas de ‘Adelgaza para siempre’» (Edit. Planeta), libro en el que descubre platos basados en el método que «enseña a comer y a mantener el peso deseado»

Una analítica que no sale como esperábamos, un pantalón que ya no abrocha, el deseo de tener un cuerpo de anuncio... Los motivos que llevan a los españoles a las consultas de nutricionistas, endocrinólogos y dietistas son tan variados como la metodología que se emplea para alcanzar el objetivo. Lo que distingue el de Ángela Quintas del resto es una base científica a prueba de charlatanes.

Licenciada en Ciencias Químicas y máster en Dietética y Nutrición Humana, trabaja desde hace quince años en un sector que estos días del año vive su temporada alta. Su primer libro, «Adelgaza para siempre» se convirtió en uno de los éxitos editoriales de 2017; el segundo, «Las recetas de ‘Adelgaza para siempre’» (Editorial Planeta) lleva el mismo camino.

Quizás, para siempre sea mucho tiempo, «pero eso es lo ideal. Si nos ponemos, nos ponemos. La idea es que aprendamos a comer, que cambiemos los hábitos para que eso se pueda mantener en el tiempo. Si no, no sirve de nada».

Tampoco sirve acudir a la consulta de un especialista si no se quiere adelgazar. Eso pasa, según cuenta, bastante a menudo. «Si no existe una motivación, es inútil. Debes estar dispuesto a hacer un cambio. Tiene que haber un detonante, pero lo que está claro es que tiene que ser tu momento. A veces acuden a nuestra consulta mujeres que traen a sus maridos y a estos se les ve que no quieren. No se puede obligar a nadie a adelgazar».

Quintas admite que no es fácil; hay muchas tentaciones. La industria alimentaria no ayuda precisamente y la cada vez más abundante comida basura y bollería poco saludable resultan muy atractivas, sobre todo para los más pequeños. Por ello considera positivas iniciativas como la de la Junta de Andalucía de prohibir la venta en centros escolares y residencias de ancianos de productos cuyo valor energético exceda de 200 kilocalorías.

Con todo, asegura que no hay que dramatizar y que si caemos en la tentación, nos volvamos a levantar. «Hay gente que moriría por una tarta de chocolate; pues se puede, como excepción, pero tienen que ser ingredientes de calidad. Y no pasa nada. Lo que no puede ser es que esa tarta sea tu merienda todos los días. Si te la has comido, no pasa nada. Lamentablemente, hay personas que se saltan la dieta, hacen un exceso, y se quedan en ese exceso».

Quintas conoce la importancia de las emociones a la hora de perder peso. «Hay que entender lo que es el hambre emocional y aprender a gestionarla. Utilizamos la comida como premio y como castigo. Lo veo sobre todo en los niños pequeños. Es un comportamiento erróneo. A tu coche no le premias con echarle gasolina. La necesita y se la das. La comida es igual; es una necesidad. Los premios me los doy con otra cosa. Hay que romper ese vínculo».

La especialista lamenta la presión creciente sobre las mujeres en cuanto a su aspecto físico se refiere. «Cuando yo era pequeña no había Instagram. Ahora, a las pobres chicas las bombardean doce meses al año con imágenes de mujeres que no son reales. Son cuatro privilegiadas. El resto somos normales. Así que las pobres asocian delgadez con felicidad. Pero la mujer real no es así. Hay gente que viene a la consulta desesperada, admitiendo que haría casi cualquier cosa para adelgazar. A mí me han llegado a decir: ‘Es que yo solo voy a ser feliz si soy delgada’».

Niega que sea una gurú. Lo suyo es enseñar a comer. Y aclara para los que todavía lo desconozcan: «Los milagros no existen. Nadie te puede prometer grandes bajadas de peso en poco tiempo. Eso es un negocio con nombres y apellidos».