Refugiados
Osman y su familia «agradecida» eligen quedarse en la Comunitat
El pequeño refugiado afgano de siete años con parálisis cerebral llega a La Fe con once kilos de peso y las secuelas de un éxodo de meses
Ata Mohammad Ahmad no entendía nada de lo que hablaban los médicos que le rodeaban ayer, pero no podía parar de sonreír agradecido a los que habían salvado a su familia. El padre de Osman, el niño refugiado afgano de siete años con parálisis cerebral, se presentó ante los medios de comunicación para dar las gracias como pudo, con un gesto universal y una de esas sonrisas que nace en los ojos. «Nunca podré agradecer lo suficiente todo lo que han hecho los españoles por nosotros. Ahora veo que hay gente que trata bien a la gente».
Con palabras atropelladas y un relato minado de olvidos por el sufrimiento vivido, Ata narró el viaje que le llevó a él, a su mujer y a sus tres hijos desde su Afganistán natal al hospital La Fe de Valencia, donde el pequeño de los tres hermanos permanece ingresado «estable y tranquilo» para recibir tratamiento.
Un Kandahar tomado por los talibanes, Irán, Turquía, un naufragio, tres horas flotando en el mar con Osman en brazos... hasta llegar al campo de refugiados de Idomeni (ciudad fronteriza entre Grecia y Macedonia) donde miembros de Bomberos En Acción hicieron de su drama una causa prioritaria e iniciaron una campaña de recogida de firmas en Change.org, acciones que gracias a la mediación del Gobierno han permitido su llegada a España, donde esperan quedarse pese a que su plan inicial era viajar hasta Londres donde residen unos familiares.
Osman llegó en ambulancia la noche del martes a Valencia con una pequeña anemia y algo desnutrido tras pasar dos meses en situación precaria y debido al proceso crónico de su parálisis cerebral, pero, según los especialistas que dieron ayer parte de su estado, las analíticas que se le han realizado hasta el momento no han dado ningún resultado relevante.
La atención sanitaria de Osman será coordinada por la Unidad del Niño Internacional (UNI) del Hospital La Fe, especializada en la atención de niños adoptados, en acogida y migrantes, que dirige la pediatra Gemma Ochando y que es una de las tres de estas características que existen en España.
Así, en los próximos días se valorará el estado del niño en las distintas especialidades implicadas en su atención (neuropediatría, traumatología, rehabilitación, enfermedades infecciosas, radiología y análisis clínicos) por si existen lesiones residuales de su patología de base.
Los médicos también evaluaron ayer a la madre y los dos hermanos del pequeño, de nueve y ocho años, que pasaron su primera noche en España en el Centro de Atención de Refugiados (CAR) de Mislata.
«Aún quedan muchos Osman en Idomeni», explicó el presidente de la ONG Bomberos en Acción, Joaquín José Ruiz, mientras que el coordinador del Centro Español de Ayuda al Refugiado en la Comunitat Valenciana, Jaume Durà, recordaba que «cuando se quiere, se puede». Todos ellos lo que quieren cambiar ahora son los números. Que esos once kilos que pesa Osman sean unos cuantos más y que a sus hermanos les dé tiempo a aprender a contar en español más allá del diez.
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