Pinazo, investigador de la pintura

El considerado como uno de los maestros más representativos de la primera modernidad plástica valenciana, Ignacio Pinazo, abandonó en sus estudios artísticos su faceta más academicista para experimentar con la pintura y su visión más contemporánea.

Así se puede comprobar en la última exposición que el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) dedica al genio de Godella y que, bajo el nombre de «Ignacio Pinazo en la colección del IVAM), ahonda en esta mirada tan personal del maestro, que plasmó en pequeños lienzos y dibujos sus especulaciones sobre el universo artístico que nacía de su particular sentido de la vida.

Una selección exhaustiva de 77 obras -43 dibujos y 34 óleos sobre lienzo y tabla- aportan la visión más contemporánea y realista del pintor, que crea, a partir de estas obras, su particular laboratorio de investigación.

Comisionada por el profesor Javier Pérez-Rojas, la exposición captura ese «naturalismo social» que emana de su pintura. Y lo hace desde esos pequeños esbozos de la realidad más pura.

Porque si algo caracteriza a las piezas de esta muestra es esa capacidad que tiene el espectador de descubrir una faceta más contemporánea, avanzada a su tiempo y a la época que le tocó vivir del propio Pinazo.

En este sentido, el IVAM conserva, como museo, la mayor colección de piezas de Pinazo. En concreto, los fondos de la institución contienen 488 obras, en su mayoría dibujos, que son necesarios para entender la magnitud de sus estudios pictóricos.

Además, la exhibición viene auspiciada por el éxito obtenido en el Palacio de la Minería de México, una institución que acogió una extensa exposición sobre las obras de Pinazo y que también viajará al Museo de Arte Moderno de Santo Domingo.

Ignacio Pinazo Camarlench (1849-1916) es, sin lugar a dudas, uno de los mejores pintores europeos de su época. Sin embargo, la historia no ha sido justa con él y no le ha otorgado el papel tan relevante que tiene. De talante meditabundo y algo introvertido, obvió mantener una proyección internacional que impidió su mayor trascendencia.

No obstante, y aunque acercarse al conjunto de sus creaciones pueda resultar complicado, sobre todo para los historiadores, su simbolismo y personalidad perviven en el imaginario del arte.

Es más, su atrevimiento, que puede verse en cada una de las 77 obras, lo convirtió en un pintor maduro, sensato, pero, a su vez, abstracto, capaz de mezclar con maestría garabatos y detalles.