Sociedad
Plantarle cara a las grietas
La lactancia no trae como consecuencias las grietas del pezón, la principal causa de las mismas es una mala posición o agarre del bebé al pecho. Además de entrar el pezón en la boca del bebé, debe también de entrar parte de la areola y de no ser así, conducirá a un agarre superficial y una compresión anormal del pezón entre la lengua y el paladar, apareciendo las dolorosas grietas.
El agarre del bebé al pecho es primordial para evitar problemas, por lo que, una regla de oro es pensar que el pecho de la madre no busca la boca del bebé, sino que es el bebé quien busca el pecho, siendo este estático y sin movimiento. Por tanto, no lleves la glándula mamaria a la boca del bebé, lleva la boca del bebé al pecho. Cuando la abra tan grande como si bostezara, con un pequeño empuje facilitarás que este se agarre al pecho. Empezará así a succionar, sin que te produzca dolor. Para dar ese pequeño empujón tu mano debe estar colocada en la espalda del pequeño,
Regla número dos, no coloques tus dedos entre el pecho y la boca del bebé para ver sus labios, ni para dejar espacio entre el pecho y la nariz del niño, los bebé son chatos para poder mamar sin problemas, si no puede respirar bien moverá la cabeza o se separara del pecho. Poniendo tus dedos en el pecho para que respire, lo único que consigues es retirar la parte de pezón y areola que ha entrado en su boca. Así mama solo del pezón, y se produzca el roce del pezón con la lengua y encía del bebé, originándose las grietas.
Es esencial cómo sostengas al bebé para mamar. La lactancia no depende tan solo de que el bebé abra bien la boca, también es importante la posición del bebé al pecho así que, no lo sujetes de modo que su cabeza quede entre el hueco de tu codo. Si lo haces así, obligas al bebé a tener el cuello y la barbilla doblada hacia su tórax e impedirás que los movimientos para mamar sean los correctos. Te hará daño e incluso la toma será más corta, ya que se cansará al estar en una postura incómoda. Para darte cuenta de lo incomodo que es, prueba a tragar o beber tu misma con la barbilla hacia tu tórax.
Para mamar el cuello del bebé debe estar estirado, por lo tanto como he comentado, la cabeza del bebé no debe quedar en el hueco de tu codo. Así que, estira tu mano y ponla en su espaldita, entre las dos escápulas, esto mantendrá su cuello estirado. Desde está posición dirige al bebé hacia tu pecho, que en el momento que lo huela, abrirá la boca. En ese instante, es donde, mediante un pequeño empuje de tu mano, debes dirigir al bebé al pecho, para que pueda empezar a succionar. Si la posición del bebé es correcta, habrá una línea recta, entre la oreja del bebé, su hombro y cadera, el bebé no estará en tu regazo en forma de «C».
Con estas recomendaciones, la posibilidad de que lesione tu pezón baja, a no ser que tenga algún problema que le impida una succión adecuada, o hayamos introducido una serie de hábitos que pueden favorecerlas, como es el caso del uso del chupete o biberones, en donde el bebé debe cerrar la boca para mantener el biberón o el chupete en ella, de modo que al ofrecerle el pecho hará lo mismo con el pezón.
En ocasiones puede que el bebé tenga una falta de movilidad en la lengua debido a un frenillo corto, en este caso es necesaria una valoración por parte de un especialista en lactancia. Otra causa todavía bastante común de la aparición de grietas es la no extinguida recomendación de lavar el pecho antes de cada toma, no lo hagas, ya que con ello eliminas la protección natural de la piel del pezón, y no necesitas más higiene que la ducha diaria.
Así que la causa más frecuente de grietas es una mala posición y agarre del bebé al pecho, y por muchas cremas, aceites y maravillosos ungüentos que apliques sino se corrige la causa, las grietas y/o el dolor no desaparecerán y la herida que antes era imperceptible se convertirá en una herida más profunda y dolorosa sirviéndose en bandeja el fracaso de la lactancia.
En cualquier caso, si las grietas han aparecido antes de que pudieras corregir la causa, para aliviar el dolor y favorecer su cicatrización, no hay medida mejor que mantener el pecho al descubierto lo máximo posible, evita el sujetador y discos absorbentes, un buen remedio para evitar el roce de la ropa son las copas aireadoras o recolectores de leche. La mejor pomada para cicatrizar la propia leche, por su propiedad antibacteriana.
Las grietas junto con la percepción de falta de leche son las causas más frecuentes de abandono de la lactancia, por lo que es importante que pidas ayuda, ya que es una dificultad fácil de resolver, sobre todo cuando la causa es tan corregible como una mala posición o un agarre deficiente.
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