Santo Domingo
309 agentes para vigilar Madrid Central, pero no los barrios
El Ayuntamiento reforzará la presencia policial para controlar la entrada y salida de coches, mientras desde los sindicatos denuncian «la precariedad y escasez de personal que hay».
El Ayuntamiento reforzará la presencia policial para controlar la entrada y salida de coches, mientras desde los sindicatos denuncian «la precariedad y escasez de personal que hay».
El delegado de Salud, Seguridad y Emergencias, Javier Barbero, explicó ayer en la comisión del ramo el dispositivo policial que se va a implantar para la puesta en marcha de Madrid Central y que arrancará el próximo 23 de noviembre. Barbero confirmó que los accesos al perímetro restringido los van a vigilar agentes de la Policía Municipal a pie de 8 a 23 horas en áreas de especial atención y con patrullajes preventivos a lo largo de las 472 hectáreas que ocupa la nueva zona sin emisiones.
Barbero, en respuesta a una pregunta del Partido Popular, especificó que el despliegue se planificará zonificando la superficie del distrito Centro mediante la presencia permanente de agentes. Se dividirán en cuatro zonas. El Sector 1 es el que atraviesa la red de San Luis, Callao y Sol. El segundo sería el que recorre Santo Domingo y Ópera hasta Sol. El Sector 3 engloba la Plaza Mayor, Jacinto Benavente y Sol y el último Sector es el que une Alcalá, la plaza de Santa Ana y Sol.
Todas estas rutas las vigilarán de lunes a jueves 51 agentes en turno de mañana y 52 por la tarde. Los viernes se refuerzan las unidades. Así, por la mañana trabajaran en el control de los vehículos que accedan a Madrid Central 75 policías, y por la tarde 78. En fin de semana, la vigilancia se relajará y trabajarán por la mañan 27 agentes, uno más que por la tarde. Por lo tanto, un total de 309 policías se dedicarán, en exclusiva, a comprobar qué coches entran y salen del perímetro establecido. «El Ayuntamiento no es consciente de la precariedad y escasez de personal que hay actualmente», denuncian desde el sindicato policial CSIT Unión Profesional.
Desde el sindicato insisten en que «es una nueva idea disparatada de este equipo de Gobierno, incapaz de gestionar los medios personales de los que dispone». Además, «les recordamos que para la realización de este servicio se verá afectado cualquier otro, lo que viene siendo vestir a un santo para desvestir a otro», añade su portavoz, José Francisco Horcajo. Y es que ellos calculan que «nos faltan unos 1.000 agentes, sin tener en cuenta los que se van a jubilar este año».
Los agentes temen que la situación de falta de personal en algunos barrios se agrave aún más. «En Lavapiés hace falta presencia policial, sin ellos no podemos terminar con los problemas de los narkopisos y la delincuencia», afirma Begoña Sebastián, de la Plataforma Barrio Lavapiés. Ellos notan cómo con que «los agentes paseen por algunas de las calles, se evitan situaciones desagradables para los vecinos», añade.
Babero explicó en la Comisión que la vigilancia del acceso, tráfico y estacionamiento por la zona de bajas emisiones se realizará dentro de las competencias que le son propias al Cuerpo de Policía con el servicio ordinario de patrullas de sus unidades denunciando cuantas infracciones sean observadas, a partir de la entrada en vigor de la norma. Es por eso que la puesta en marcha de Madrid Central «no supondrá coste extraordinario alguno», argumentó.
Este dispositivo especial por parte de la Policía municipal se mantendrá en vigor hasta después de las fiestas navideñas. En las próximas semanas y durante ese periodo coincidirán la apertura de la Gran Vía tras la remodelación, la campaña de Navidad y el inicio de Madrid Central. Estos tres elementos son la base del plan diseñado por Policía Municipal para que en el centro se den «las mejores condiciones de seguridad ciudadana y convivencia» y «garantizar el disfrute del espacio público por parte de vecinos y visitantes».
Esta «actitud vigilante» por parte del Consistorio tratará de que convivan de forma armoniosa, sin entrar en confrontación, los derechos y deberes relacionados con movilidad, la convivencia y los comerciales «prestando especial atención a terrazas de veladores, cartelería o venta ambulante que puedan dificultar el tránsito peatonal». Barbero defendió que «la prioridad es la salud y Madrid lleva una década incumpliendo los niveles de contaminación, que es nociva y causa miles de muertes prematuras. Para ello, se ha puesto en marcha el Plan A de Calidad del Aire».
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