Ayuntamiento de Madrid
Carmena les corta el agua a los remeros del Manzanares
El Consistorio insiste en que no pueden continuar y les deriva a la Casa de Campo donde tampoco hay agua
El Consistorio insiste en que no pueden continuar y les deriva a la Casa de Campo donde tampoco hay agua.
«El lunes nos echan, Sabanés nos confirmó el viernes que nos quitan el agua», afirma, con gran enfado, Lola, madre de una de las alumnas de la Escuela Municipal de Remo. La delegada de Medioambiente y Movilidad, Inés Sabanés, se reunió con los portavoces para «decirnos que en el tramo en el que nosotros practicamos interrumpimos el curso del río. Estamos vendidos», dice con indignación.
Así, a partir de la próxima semana, abrirán las compuertas y los alumnos tendrán que volver a «remar en seco», como han estado haciendo durante los últimos dos años durante los que, «tras la rotura de la presa nueve nos aseguraron que cuando se recuperara podríamos volver a remar sin problema. Creían que nos íbamos a cansar de esperar, pero no ha sido así».
La acción de desembalsado se ha decidido hacer durante el verano, según el Consistorio, porque son meses en los que no funcionan las actividades municipales, con el objetivo de mejorar el funcionamiento de Calle 30, que sufre filtraciones desde que se embalsó. Y es que, de acuerdo con el Ejecutivo municipal, tras estudiarse la situación se ha recomendado el desembalsado hasta que lleven a cabo las actuaciones de mejora de las instalaciones que se están proyectando. «A la reunión llevamos un técnico independiente, pero no han querido escucharle», insiste Lola.
El Ayuntamiento ha decidido primar la renaturalización en todos los tramos y que el agua corra en todo el río, manteniendo los beneficios ambientales que ha supuesto. Sabanés comparecerá en comisión y en Pleno para pedir la ratificación de esta apuesta, al ser de interés general para la ciudad. Pero, como indica Lola, «en Pleno ya se aprobó que nosotros seguiríamos y ahora nos dicen que no era una decisión vinculante. ¿Dónde vamos a remar?», insisten desde la Escuela.
Las propuestas que les han hecho no les convencen por inviables. Una de ellas es el traslado de los alumnos al lago de la Casa de Campo cuando finalicen las obras, en noviembre. «Si es que terminan alguna vez, porque a nosotros también nos dijeron que serían unos meses», insiste Lola. Para los adultos, siguen ofreciendo el pantano de Valmayor, «otra solución que tampoco es viable».
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