Tráfico
El análisis: ¿Puedo ser multado si paso en ámbar?
¿Qué es el «foto-rojo»?
Es un sistema que emplean muchos ayuntamientos para formular denuncias a los vehículos que sobrepasan el semáforo en fase roja y cuyo hecho queda captado por una cámara fotográfica que identifica al vehículo.
¿Es legal dicho instrumento para formular denuncias?
Las dudas sobre el correcto funcionamiento de este sistema surgieron desde su inicio. Desde el año 2010, AEA viene denunciando que está detectando numerosos errores de sincronía entre las cámaras que captaban las supuestas infracciones y las fases del control semafórico, lo que daba lugar a la formulación de denuncias por rebasar el semáforo en fase roja cuando los automovilistas lo rebasaban en ámbar.
Además, la mayoría de las denuncias no vienen acompañadas de documentación alguna que demuestre la fiabilidad del instrumento utilizado, por lo que dichas denuncias pueden ser recurribles.
¿Se puede recurrir la multa si no se puede identificar al vehículo en el documento fotográfico remitido?
No son válidas las fotografías en las que no se aprecia con total claridad que el semáforo se encontrara en fase roja, o no puede verse la matrícula del vehículo que rebasó el semáforo, o incluso no puede verse la marca y modelo del vehículo
¿Puedes pasar un semáforo en ámbar y ser multado?
Los automovilistas deben comportarse ante un semáforo en ámbar de la misma manera que si estuviera en rojo, y por tanto no deben rebasarlo, salvo que, cuando se encienda, el vehículo se encuentre tan cerca del lugar de detención que no pueda detenerse antes del semáforo en condiciones de seguridad suficientes. El problema de los foto-rojo, y de los semáforos en general, es que no existe una normativa técnica que determine con claridad cuánto tiempo tiene que durar cada fase del semáforo en atención a diversas circunstancias como el ancho de la calle, tipo de usuario que lo frecuenta, etc. Haciendo un pequeño ejercicio de física podemos calcular que un automovilista, con un límite en ciudad de 50 km/h., necesitaría una distancia de 24 metros para detener el vehículo con seguridad. Esto en tiempo son aproximadamente dos segundos, que podría ser el tiempo de duración de cada fase del semáforo. Pero si se reduce el tiempo a tan sólo un segundo, es imposible que los automovilistas puedan detener sus vehículos con seguridad. Y esto es lo que está ocurriendo en muchos ayuntamientos españoles que, bajo la bandera de la seguridad vial, utilizan los semáforos como eficaces instrumentos de recaudación.
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