Fiesta del Orgullo Gay
El Orgullo de los ministros
Lleno total en la manifestación y desfiles por los derechos de los colectivos LGTB.
Lleno total en la manifestación y desfiles por los derechos de los colectivos LGTB.
Al ritmo de Fangoria y su «A quién le importa», la carroza de Control y el Colectivo LGTB de Madrid (Cogam) arrancaba rozando las 19:30 horas. A su alrededor, decenas de personas esperaban que, tras la manifestación previa, empezara la fiesta. «Hace 40 años empezó nuestra Libertad», afirma Frank a LA RAZÓN que vivió la celebración desde dentro, uno de los participantes en la carroza. Y añade: «Ojalá no tuviéramos que reivindicar nunca este día», insiste. Un sueño que aún ve lejos. A su alrededor, la gente celebra el Orgullo al son de la música, lo único que, junto al agua, no falta en ningún momento.
Dos horas y media antes se produjo el momento más reivindicativo, el de la manifestación. Bajo el lema «Conquistando la igualdad, transformando la sociedad», en referencia a la reivindicación de este año: los derechos de las personas transexuales. Tanto Cogam como la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (Felgtb) portaban la pancarta junto a representantes de diferentes partidos políticos, a excepción del Partido Popular, ya que al presidente de la Comunidad, Ángel Garrido, no se le ha permitido participar. Por primera vez, además de los colectivos, a la marcha se han sumado dos ministros del Gobierno: el de Interior, Fernando Grande-Malaska, y la de Sanidad, Carmen Montón. El primero ha destacado que «aunque España es privilegiada, aún hay quien lo pasa realmente mal», en referencia a los avances que se han hecho y en los que aún quedan pendientes. «Todavía hay mucho camino por recorrer, hay gente que aún necesita apoyo», añadió. Grande-Marlaska hace referencia al colectivo de personas transexuales porque sus derechos «se vulneran especialmente». Y, por eso, «hay que estar vigilantes. Hay una asignatura pendiente con ellos».
Por su parte, Carmen Montón, la titular de Sanidad, subrayó que «es un día de visibilidad y orgullo en el que empieza un tiempo nuevo». Con ello quiso hacer un guiño al colectivo LGTBI, ya que hizo hincapié en que el Gobierno de Sánchez es cómplice a la hora de recuperar y consolidar derechos y construir una «sociedad arcoíris». La responsable de un área tan sensible como la Sanidad recordó que, justamente esta semana, el Ejecutivo ha recuperado la reproducción asistida pública para mujeres lesbianas y sin pareja. «Por fin no va a ser solo para unas pocas sino que va a ser para todas las mujeres lesbianas, solas o casadas», destacó. Y aseguró que van a seguir trabajando en cumplir otras de las reivindicaciones del colectivo.
Además de los dos ministros, Albert Rivera, el líder de Ciudadanos que contó con su propia carroza, destacó que «España es uno de los países más avanzados, liberales y modernos del mundo», aunque tampoco olvidó que «hay que seguir peleando cada día por los derechos y las libertades» que se han conseguido.
Rozaban las nueve de la noche y las primeras carrozas seguían circulando por el Paseo Del Prado. Las banderas multicolor llenaban las calles y alrededor del desfile no sólo había representantes de los colectivos que reivindicaban su día, sino que acudieron familias con sus hijos, así como gente mayor. Entre las pancartas más reivindicativas estaban las de Rosa, una mujer de unos 50 años que portaba una en cada mano: «Mi libertad preserva la tuya» o «la diferencia es lo que tenemos en común», eran algunas de ellas. La purpurina y los trajes de todo tipo –había, incluso, un grupo de marines– ponían, aún más si cabe, la nota de color, a la fiesta arcoíris.
A la tarde festiva-reivindicativa también acudió la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, que hizo referencia al conflicto que tiene con la Policía Municipal. Insistió en que «la ciudad está protegida y cuidada» por los efectivos policiales y los servicios de emergencia de la ciudad e insistió en que no se produjo ningún problema de seguridad durante la jornada. Asimismo, la regidora señaló que «es muy emocionante ver lo que ha significado el esqueleto del cuidado de la ciudad». Respecto a la decisión de la no asistencia de Garrido, Carmena aseveró que hay ausencias que ella «deplora» y que le habría gustado encontrárselo durante el Orgullo y lamentó que eso no ocurriera.
Finalmente fueron tres mil los efectivos que han velado por la seguidad del evento, unos 500 menos a los que se destinaron durante el Worldpride del pasado año y que congregó a un mayor número de asistentes. Lo que no se perdió fue el ambiente festivo que respiraba la capital. Manuel, de 76 años, observa en primera fila como pasan las carrozas. ¿Qué opina? «Soy partidario de que cada uno se exprese como quiera y se manifiesten. Para mí esto es un gran espectáculo». Así que ya saben, «the show must go on», como demuestran desde la carroza de Control donde la música y los bailes no tienen fin.
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