Historia

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«Garbo», el espía español que engañó a Hitler

El equipo de Carmena elimina la calle Juan Pujol en Madrid al confundirle con el agente doble más famoso de la Segunda Guerra Mundial

Dos fotografías de Juan Pujol con distintos aspectos
Dos fotografías de Juan Pujol con distintos aspectoslarazon

El equipo de Carmena elimina la calle Juan Pujol en Madrid al confundirle con el agente doble más famoso de la Segunda Guerra Mundial

A Juan Pujol, jefe de prensa de Franco, el equipo de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, le quita la calle que lleva su nombre en la capital no sólo por su estigma franquista sino por haberle confundido con el espía homónimo que hizo bueno el dicho de que la realidad supera con creces cualquier argumento. Y es que el agente doble más famoso de la historia fue Juan Pujol García (1912-1988) cuya intervención resultó clave en el desenlace de la Segunda Guerra Mundial.

Conocido como “Garbo” por los aliados -los ingleses le consideraban “el mejor actor del mundo”, y por tanto digno de compararse con la estrella de cine- era un joven catalán que odiaba cualquier totalitarismo. Cuando estalló la Guerra Civil renegó del conflicto, negándose a tomar parte en él, y una vez acabada la contienda se ofreció como espía al Gobierno británico a fin de colaborar en la lucha contra el fascismo. Ante la falta de interés de Londres, decidió emprender en solitario su carrera como espía al servicio de la Abwehr alemana, que dirigía el almirante Canaris, lo que le proporcionó pruebas suficientes para finamente ganarse la confianza de los ingleses y convertirse en agente doble del MI5 (Militar Intelligence 5, el servicio de contraespionaje del Reino Unido).

Su trabajo principal fue el de convencer a los alemanes que había conseguido reclutar a un gran número de agentes en Gran Bretaña, algunos personas de mucha influencia y con información de primera mano. Entre los miembros de esta red de espías -que llamó Red Arabal- inventó la identidad de un piloto alcohólico de la RAF y un lingüista del servicio de Inteligencia que odiaba a los comunistas.

La dificultad de su tarea radicaba en que debía en todo momento fabricar informes coherentes de todos los agentes que iba inventando para que no se contradijeran entre sí.La información que Pujol enviaba a los alemanes era inventada por sus superiores británicos e incluía una gran parte de sucesos verdaderos para que los informes fueran más convincentes. A veces, se conseguía el efecto deseado mandando información real, pero retrasando su llegada para no poner en peligro la seguridad nacional.

Los alemanes estaban impresionados con los informes que Pujol les enviaba, de manera que fue escalando posiciones hasta el punto de que Canaris lo consideró como el mejor y más importante agente de la Abwehr en el extranjero.

El trabajo de desinformación de “Garbo” para los aliados formaba parte de la “Operación Fortitude”, que convenció a Hitler de que la invasión aliada ocurriría en el Estrecho de Calais, a 250 kilómetros de Normandía, poco antes del desembarco que decidiría el destino de la guerra en Europa, el 6 de junio de 1944. El alto mando alemán mantuvo en Calais las divisiones Panzer que hubieran podido derrotar a los aliados si hubieran llegado a tiempo a Normandía. Pujol salvó así miles de vidas. Después de todo, los alemanes siguieron confiando en los informes de “Garbo”, a quien el propio Hitler concedió la Cruz de Hierro de segunda clase en 1944. Los británicos le gratificaron con la medalla de Miembro del Imperio Británico, lo que convirtió a Pujol en la única persona en ser condecorada por los dos bandos en la Segunda Guerra Mundial.

Tras la guerra, Pujol vivió con nombre ficticio en Venezuela durante cuarenta años. Allí le localizó después de doce años de búsqueda el escritor inglés Nigel West, con el que escribió “El espía del siglo”. La salida del anonimato propició su regreso a Europa, donde los medios británicos y españoles destaparon su vida de novela. En esos días, el 6 de junio de 1984, “Garbo” cruzó el Canal de la Mancha como invitado a los actos de homenaje por el cuarenta aniversario del desembarco de Normandía.

Otro agentes dobles españoles

Ángel Alcázar de Velasco, falangista radical, creó la primera red de espías al servicio de Hitler en el Reino Unido. Tras ser expulsado del país, se dedicó a trabajar para Japón. En sus memorias aseguró que ayudó a introducir en Argentina al criminal de guerra Martin Borman.

A Alcázar de Velasco le siguió Luis Calvo. Periodista, fue director de ABC y un intelectual preparado. Fue uno de los pocos que fue detenido. Una treintena de españoles siguieron idéntica labor en Reino Unido. María Luisa de las Heras -cuyo nombre en clave era Patria- espió para el KGB ruso en América. Para desarrollar su misión se casó con el escritor uruguayo Felisberto Hernández, y aparentemente llevaba la vida de una modista de alta costura.