Comunidad de Madrid

Gómez no tendrá rival

Los otros dos aspirantes a la candidatura regional no consiguen el 10% de avales necesarios para celebrar primarias

La Razón
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Los candidatos oficiales no tendrán rival. Así al menos lo lamentaban ayer los de momento aspirantes a precandidatos en las primarias que el Partido Socialista de Madrid prevé celebrar el próximo 19 de octubre. Unas elecciones para elegir «número 1» a las autonómicas de 2015 en las que los militantes sólo tendrán una opción: Tomás Gómez. Durante las algo menos de dos semanas que tanto el secretario general del PSM como sus opositores han estado recogiendo avales, ni César Giner (que lo intentaba por segunda vez) ni el profesor Carlos Morales han conseguido su objetivo. En su último congreso regional, a mediados del mes pasado, Gómez blindaba su candidatura elevando el número de firmas de militantes que debía reunir cada candidato del 5% exigido en las primarias celebradas por el PSOE el pasado julio a nada menos que un 10% –20% en el caso de los candidatos a las municipales–, una cifra astronómica para los candidatos no oficiales, menos conocidos y con mucho menos poder orgánico para lograr los apoyos.

En concreto, necesitaban presentar en el registro de la sede de los socialistas madrileños, en el Palacio de la Prensa de la plaza de Callao, 1.561 firmas de militantes. «No lo vamos a tener, nos tendrían que llegar entre 300 y 400 avales entre hoy y mañana a las tres de la tarde», aseguraban a última hora de la tarde de ayer desde el equipo de campaña de Morales. Giner explicaba más de lo mismo. Sin ofrecer ningún dato concreto, el precandidato aseguró a LA RAZÓN que superaban «de sobra el 5% (el mínimo que se exigió para nombrar a Pedro Sánchez), pero –añadió– está difícil llegar al 10%».

A pesar de que el resultado de este proceso coloca a su candidato como cabeza de cartel en las autonómicas del año que viene, desde el entorno del secretario general tampoco pueden lanzar las campanas al vuelo. Según las cuentas de personas cercanas a Tomás Gómez, la candidatura oficial no habría alcanzado los 4.000 avales que, si bien duplican los avales necesarios para poner su nombre al frente de la papeleta del PSOE en la Comunidad de Madrid, no llegan al tercio del total de la militancia del partido en la región que en estos momentos reúne a 15.600 afiliados. Una lectura que hasta última hora se han empeñado en evitar desde el círculo más íntimo de Gómez. Así, según ha podido saber este diario, durante la tarde de ayer tanto la secretaria de Administración del PSM, Rosa Alcalá, como el secretaría de Política Municipal, Eusebio González Jabonero (ambos también son diputados regionales), realizaron varias llamadas a agrupaciones en las que, a su juicio, el líder del partido no ha sido suficientemente bien tratado. «¿Qué poquitos avales no habéis enviado no?», fue la pregunta con la que se encontró el presidente de una agrupación socialista de la capital.

Con el panorama de esta manera, y tal y como ha sucedido en otras ocasiones tratándose de Gómez, la siguiente pregunta a sus ya ex rivales –si esperan que haya integración tras haber plantado cara al aparato regional–, recibió respuestas cargadas de ironía. Y es que, salvo contadas excepciones, hasta el momento el secretario general no ha mostrado ninguna voluntad de contar con sus rivales, o con personas afines a éstos, ni en su lista electoral (apenas incluyó a tres críticos en los primeros puestos de la papapeleta en 2011) ni en la Ejecutiva del PSM. En esta ocasión tampoco se lo ha puesto fácil a sus rivales que, como en el caso de Morales, han denunciado dificultades para llevar a cabo sus actos de campaña en las agrupaciones del partido o que han visto cómo la Comisión de Garantías Electorales, presidida por la secretaria de Organización, Maru Menéndez, le requería la retirada de uno de los vídeos que había elaborado su equipo.

A la espera de los «paquetes de última hora» con las firmas de compañeros de todos los municipios de la Comunidad de Madrid, los miembros del equipo de Morales ya daban por perdida la batalla y se mostraban «contentos» y «agradecidos» con los militantes que les han apoyado (alrededor de 1.000 al cierre de esta edición). Una muestra, explicaron, de que «la gente quiere abrir el partido y cambiar el modelo». Además, aseguraron que esta experiencia les ha dado la oportunidad de «conocer y tomar las ideas de los militantes de base» y se ponían a «disposición del partido desde la más absoluta lealtad».