Grupos
La cara más sucia de Plaza España
Ya no aguantan más. Los vecinos de la calle Plaza de España número 12 llevan más de cinco meses soportando el hedor que llega desde el paso subterráneo, ya cerrado, que unía los jardines de Plaza de España con los de Ferraz. La causa es un grupo de sin techo de origen rumano que hacen noche en la zona, desde las siete de la tarde hasta las ocho de la mañana del día siguiente, y que aprovechan para orinar y defecar en la vía pública. Se sirven de la rampa de cemento y allí hacen sus necesidades.
Tras dedicar el día a la mendicidad, estos «trashumantes» regresan a lo que se ha convertido en su zona de descanso. Armados con ganchos, levantan las cajas de las alcantarillas y recuperan sus fardos –llenos a rebosar de colchones, mantas y cartones– para pasar la noche. Como cuenta a LA RAZÓN Heriberto Rosales, propietario de la tienda Riber Bike, el escenario es «terrible». «Se han adueñado de la calle. A veces incluso hacen fogatas y aprovechan para guisar al aire libre. El problema es que nunca recogen y el olor... no sabes lo que es», se lamenta.
Otra vecina de la zona, Beatriz, cuenta que ya no sabe qué más hacer. «Yo ya he puesto una denuncia en la comisaría. Me han dicho que ya me llamarán pero de momento no han dado señales de vida», cuenta esta vecina de 71 años mientras muestra lel documento policial. «No tengo nada en contra de ellos y me dan mucha pena, pero no tenemos por qué presenciar esto. Tiene que haber soluciones», explica, mientras sigue relatando cómo se suceden las noches desde que estos ciudadanos rumanos se instalaron en la zona.
«Durante el invierno, cuando pasas por el puente», cuenta la trabajadora de una escuela de Turismo en la misma calle, «ves las camas puestas en dos filas. Y hay que ir saltando porque a veces incluso ves salir el orín. Y el olor es tan insoportable que muchas veces tengo que pasar por allí sin respirar», explica mientras muestra fotografías tomadas con una cámara personal. Lo que más preocupa a los vecinos de esta situación es que nadie les ofrece soluciones reales al problema. «Las condiciones sanitarias en las que estamos no se pueden permitir. Aquí se puede pillar un piojo, una colitis o lo que quieras», dice Beatriz. «Y el tema de la salubridad es lo que más nos preocupa porque por aquí viven muchos niños», concluye inquieta. Cerca de la zona se encuentra un parque infantil a donde ya no se atreven a llevar a sus hijos y donde mucha gente ha dejado de acudir dado el ambiente que se respira últimamente en el barrio.
Por su parte, el Samur Social –del Ayuntamiento de Madrid– dice que esta situación no es algo nuevo y que viene produciéndose hace varios años. Sin embargo, últimamente los vecinos se quejan de que ha empeorado y este verano se han juntado muchos más sin techo en la misma zona. Los servicios municipales de ayuda social explican que «en multitud de ocasiones se les ha ofrecido ayuda y se han negado a recibirla». La Policía ha aconsejado a los vecinos que se unan todos y recojan firmas para denunciar el problema. Todo parece indicar que tendrán que aunar fuerzas para dar con la solución a este tema «tan desagradable».
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