La Fiscalía acerca a Zapata al juez al recurrir hoy el archivo de su causa

El recurso de apelación que previsiblemente presentará hoy mismo la Fiscalía –al que se le unirá el que plantee Dignidad y Justicia (DYJ) mañana– contra la decisión del juez Santiago Pedraz de archivar la causa contra el concejal de Madrid Guillermo Zapata por su polémico tuit sobre las víctimas, pueden hacer que el edil de Ahora Madrid tenga finalmente que declarar en la Audiencia Nacional como imputado por un delito de humillación a las víctimas. Y es que la encargada de resolver esos recursos será la Sección Segunda de lo Penal de este tribunal, que en una reciente resolución ha decidido, tal y como adelantó ayer este periódico, sentar en el banquillo a un menor de edad por sus «mofas» a las víctimas del terrorismo (incluida Irene Villa, objetivo del comentario de Zapata) en Twitter.

Las fuentes jurídicas consultadas se inclinan por que la Sala de lo Penal seguirá las mismas líneas argumentales ya esgrimidas en esa resolución (que los tuits con un claro tenor vejatorio sí pueden constituir un delito de humillación a la víctimas del terrorismo) para revocar la decisión de Pedraz y obligar al magistrado a tomar declaración del equipo de gobierno municipal de la alcaldesa Manuela Carmena.

Eso es precisamente lo que reclamarán tanto el teniente fiscal Jesús Alonso como la asociación que preside Daniel Portero a la instancia superior a Pedraz: que se tome declaración a Zapata como imputado a consecuencia del tuit que publicó en su cuenta de Twitter el 31 de enero de 2011: «Han tenido que cerrar el cementerio de las niñas de Alcaser para que no vaya Irene Villa a por repuestos». Tras la querella interpuesta por DyJ y con el aval de la Fiscalía, el magistrado llegó a citar al concejal como imputado (una comparecencia fijada para el día de ayer), pero el pasado día 2 Pedraz se retractó al no apreciar indicios de delito en la conducta de Zapata y calificar su comentario de «chiste de humor negro» sin trascendencia penal.

La intención del concejal

Sin embargo, la Fiscalía no piensa lo mismo y defiende que el tuit de Zapata encaja objetivamente en los criterios definidos por el Tribunal Supremo para la comisión de un delito de humillación a las víctimas y que es necesario tomar declaración al concejal madrileño para constatar con qué animo escribió Zapata ese comentario en la red social. Es decir, el Ministerio Público pretende esclarecer si el edil –a quien la polémica le obligó a renunciar a su cargo como responsable municipal de Cultura, aunque mantiene su acta de concejal– tuvo intención de ofender o menospreciar a Irene Villa en particular y a las víctimas en general con sus palabras.

Por este motivo, para la Fiscalía de la Audiencia Nacional «como mínimo» debe citarse a declarar a Zapata, al margen de que Irene Villa ya haya manifestado que no se sintió ofendida por el comentario del edil. Tras la querella interpuesta por Dignidad y Justicia, Villa remitió un escrito a Pedraz el pasado 30 de junio pidiendo al magistrado que le eximiera de declarar como testigo en la causa, pues esa comparecencia podía afectar a su estado anímico. Al mismo tiempo, precisaba que esas expresiones no le habían afectado ni supuesto ninguna humillación, pues desde que sufrió el atentado está acostumbrada a convivir «con este tipo de humor negro».

No obstante, para la Fiscalía el perdón de Irene Villa es irrelevante penalmente pues, en su opinión, el bien jurídico protegido en este caso es la dignidad de las víctimas del terrorismo en general, y no el particular de una determinada víctima. Un argumento que defiende igualmente la Sección Segunda de lo Penal en la resolución aludida, donde mantiene que el delito de menosprecio a las víctimas no precisa de una denuncia del afectado para que deba investigarse.

En su querella, Dignidad y Justicia defendía que el tuit de Zapata es «claramente constitutivo de una humillación, vejación, descrédito, menoscabo y escarnio a las víctimas del terrorismo y sus familiares», con el que el concejal de Ahora Madrid pretendía «generar una mofa a través de una ridiculización».