Sucesos

Luto en la generación 99

Los 220 compañeros de los jóvenes fallecidos suspenden su graduación. El colegio les prestará ayuda psicológica

Los compañeros de los dos jóvenes fallecidos llevaban casi todos una sudadera decorada con un «99» y la palabra «recuerdo» en la espalda
Los compañeros de los dos jóvenes fallecidos llevaban casi todos una sudadera decorada con un «99» y la palabra «recuerdo» en la espaldalarazon

Los 220 compañeros de los jóvenes fallecidos suspenden su graduación. El colegio les prestará ayuda psicológica.

Tenían toda la vida por delante, acababan de terminar sus últimos exámenes de Bachillerato y la tarde del martes se la habían dado libre antes de empezar a preparar la Selectividad para convertirse en lo que siempre habían deseado. Desgraciadamente ese ascensor truncó los sueños de los dos menores, de 17 años, fallecidos el martes.

Compañeros, profesores y familiares, aún destrozados por el terrible suceso, se reunieron ayer en el colegio Nuestra Señora del Recuerdo para despedirse de los jóvenes y darse consuelo. Celebraron una emotiva misa a las 11:00 horas de la mañana a la que asistieron los padres de los jóvenes, los profesores y los 220 compañeros de segundo de Bachillerato del centro, casi todos ataviados con la sudadera decorada con un «99» y la palabra «recuerdo» en la espalda, que el centro hace cada año a la generación saliente y en la que se pueden leer los nombres de todos los estudiantes de la promoción. En el altar de la abarrotada capilla de Nuestra Señora del Recuerdo mensajes, flores y todo tipo de fotos dedicadas a las víctimas.

No habían pasado ni 24 horas del suceso y el dolor todavía era palpable en los lloros espontáneos y los abrazos en grupo. «Dos personas excelentes y alegres. Buenas personas, de ésas que todos querríamos tener en nuestros colegios», así describió ayer el director del colegio, Antonio España, a los dos alumnos que salían juntos desde hacía un año. «Su sonrisa era permanente», destacaron sus compañeros, además de su cercanía y amabilidad: «Eran amigos de todo el mundo», resaltó una joven a las puertas del colegio, mientras otros intentaban, sin éxito, asimilar lo indigerible: «¿Cómo ha podido pasarles esto? No me lo creo...», decían.

El director del centro explicó que el colegio quiere ayudar a los alumnos a «superar el dolor juntos». Conscientes de que una tragedia como ésta es dificil de superar han querido «tener a las dos familias muy presentes y acompañarles en su dolor» así como hacer un seguimiento de los alumnos. Así, aunque ayer la asistencia a clase no fue obligatoria, el colegio abrió las puertas a todo el que necesitara recibir consuelo con ayuda de profesores y psicólogos de la Universidad Pontificia de Comillas, la cual está asociada al colegio de las víctimas, y que ayer se puso a disposición del centro.

El colegio de hecho ha sido desde que el martes por la tarde se produjera el terrible suceso, un punto de unión improvisado para familiares, amigos y profesores de los menores. Así, la misma tarde de los hechos el colegio acogió a muchos de los compañeros: se les acompañó psicológicamente, se rezó con ellos y se terminó celebrando una eucaristía. Algunos estuvieron el martes hasta pasadas las diez de la noche.

El colegio, que forma parte de la Compañía de Jesús (Jesuitas), tenía previsto celebrar hoy el acto de graduación de la generación 99. Un evento con una fiesta posterior que los jóvenes esperaban con ilusión. Pero hoy no hay nada que celebrar, por ello el acto ha sido cancelado.