Sucesos
«No había seguridad ni sanitarios; me salvé porque la herida fue leve»
El chico apuñalado en el Arena denuncia a Diviertt. Hace responsable a Flores de la presencia de armas blancas en el interior y de la falta de vigilancia
A toro pasado, Agustín se estremece al pensar que podría haberse convertido en la sexta víctima de la fiesta de Halloween en el Madrid Arena. «Tuve mucha suerte porque la herida fue leve y me sacaron mis amigos de allí. No vi a nadie de seguridad ni sanitarios hasta que estuve fuera», explica al recordar la agresión que sufrió durante el Thriller Music Park.
Pero la falta de asistencia no fue el único fallo que sufrió el joven apuñalado que aquella noche celebraba su 24 cumpleaños. «He ido a muchos eventos en el Madrid Arena y no lo había visto nunca tan lleno –asegura–, incluso estuvimos a punto de irnos al poco de entrar por la sensación de agobio». Lo primero que le sorprendió fue que la entrada, en lugar de ser por la parte superior, como habitualmente, estaba en la inferior, que es una zona de paso para el personal que organiza la fiesta. «Entramos entre las dos y las tres de la mañana con muchísima gente y nos pasaron directamente a la parte inferior en lugar de por la entrada principal», recuerda.
Sin embargo, cuando accedió al interior del recinto, la acumulación de personas fue más que preocupante. «Soy estudiante de Arquitectura y en cuanto entré pensé que allí iba a pasar algo porque había demasiada gente y poca evacuación», señala. De hecho, afirma que mientras se desplazaba en busca de un lugar más despejado desde el que disfrutar de la actuación de Steve Aoki, sufrió varias avalanchas de personas que trataban de moverse por la instalación. «Era un río de gente, no me extraña que nadie se enterase de lo que pasó en el vomitorio, porque yo tampoco me di cuenta hasta que salí del Madrid Arena», relata.
Ajeno a lo que sucedía en el vomitorio, Agustín disfrutó de la fiesta hasta que, junto a un amigo, se separó de su grupo para buscar el baño. «Vimos a dos personas con chaleco reflectantes y les preguntamos dónde estaba el baño, no sabíamos si eran de seguridad o lo estaban simulando, pero su respuesta fue atacarnos», afirma.
El joven recuerda que antes de acercarse a Julio Alexande de Jesús y a Rickson Caires, uno de ellos estaba inclinado hacia el suelo y cuando se dirigió a él se asustó mucho. «No sé qué es lo que estaba haciendo, pero su reacción fue exagerada para haberle preguntado dónde estaba el servicio», considera. Al ver el susto de su compañero, el otro hombre atacó directamente a Agustín con un punzón para el hielo, alcanzándole en la espalda y en el brazo. «Nos lanzó un montón de puñaladas y no me hizo más daño porque salimos corriendo», asegura.
Hacia atrás y pegando patadas para separarse de su agresor, Agustín y su amigo huyeron hasta el lugar donde estaban el resto de sus compañeros, que intentaron defenderles y recibieron también algunos golpes de los dos atacantes. «Ya en la puerta apareció uno de los controladores de seguridad, que atrapó a uno de los que nos perseguían y después mis amigos señalaron a un policía que estaba fuera quién era el otro y le detuvieron», recuerda, aunque en ese instante estaba más preocupado por su herida, que sangraba por la espalda. «Creo que les arrestaron porque nos persiguieron hasta la puerta donde estaba la poli, porque si se hubieran ido por otro lado nadie les habría cogido», considera.
La herida tardó poco en sanar porque era poco profunda ya que el omoplato impidió que el punzón llegara a algún órgano vital. «Estuve contracturado varios días», añade. Tras salir del hospital Ramón y Cajal, donde fue atendido, denunció a Julio Alexande y Rickson por las lesiones sufridas pero, días después, decidió ampliar la denuncia contra Diviertt por la falta de seguridad de la fiesta. «Pensé en denunciarlos el primer día, pero no me atreví a enfrentarme al grupo empresarial hasta que me enteré de todo lo que había pasado. Así habrá más presión para que no vuelva a suceder», asegura.
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