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«Operación Triunfo» de los músicos callejeros
«¡A ver si hay suerte!». El mensaje de ánimo, entre nervios y ensayos de última hora se repitió ayer una y otra vez entre los que participaron en la «Operación Triunfo de la calle». La primera de las tres jornadas de audiciones que el Ayuntamiento ha convocado para determinar quién es idóneo y quién no para poder cantar o tocar un instrumento en las calles de la capital se cerró, según sus protagonistas, con buenas sensaciones.
Y es que desde muy pronto. decenas de músicos callejeros calentaron la mañana en el patio de la Casa de Cultura Conde Duque, donde ayer comenzaba el «casting» que ha de asegurarles un rincón tranquilo en el que compartir su arte y con el que ganarse la vida. Acompañados por gaitas, guitarras, dulzainas e, incluso, un didgeridoo –instrumento aborigen australiano–, los aspirantes iban pasando uno a uno para dar lo mejor de sí mismos en los escuetos cinco minutos de audición. «Hemos tocado dos canciones de 20 que teníamos preparadas», explicaron al acabar Juan e Isma, que llevan cinco años tocando en las calles y que salieron con muy buenas sensaciones de la prueba. «Nos han dado la enhorabuena», explicaban, y con razón, puesto que no todos recibieron una respuesta, ya fuese positiva o negativa del jurado, formado por dos expertos del ámbito musical y un secretario municipal. En el caso de las Águilas de Juan, un grupo de mariachis, las dudas sobre si les concederán o no la autorización permanecían tras terminar de tocar. «No nos han dicho nada ni contestado a ninguna pregunta», aseguraba Óscar Castro. En el caso del dúo formado por Jonathan Colombo y Carlos Gómez, la sensación era que «lo habían pasado muy bien pero que es todo muy improvisado. Ha sido divertido y nos han dicho que están viendo sobre la marcha cómo valorar a cada uno», aseguraban. De hecho, la mayoría coincidió en señalar que no había ningún «Risto» entre el jurado. «No les he visto duros, han sido muy cordiales», aseguraba Jaime, más tranquilo tras interpretar su «blues» favorito.
Algunos, no obstante, se quejaron de que el proceso no sea del todo «transparente» en lo que afecta a los criterios de idoneidad que aplicarán los jueces para dar el visto bueno. En esta primera jornada de audiciones tampoco quiso faltar la conocida como «La cantante de Sol», la venezolana Ana Isabel Suárez que, subrayó que con la música callejera, los madrileños tienen la posibilidad de disfrutar de actuaciones de calidad sin tener que desembolsar las cantidades «desorbitantes» que se piden para entradas a grandes conciertos de, por ejemplo, su especialidad, la ópera. El valenciano Yeray Calvo, por su parte, aprovechó su audición para hacer una crítica social y política a los dirigentes de su comunidad autónoma, a lo que los miembros del jurado tampoco han objetado nada.
Durante cada uno de los «casting», cada artista interpretarán brevemente su música con el objeto de que el jurado pudiese valorar que los participantes efectivamente disponen de un «nivel de interpretación personal y no reproducida suficiente capaz de animar o entretener al público, sin molestar a los vecinos o viandantes». Respecto a los cantantes, tuvieron que efectuar su interpretación con el mínimo de música de acompañamiento.
Sin límites
Desde el Ayuntamiento de Madrid explicaban ayer que no hay límite de autorizaciones puesto que los músicos rotarán de sitio cada dos horas, de modo que si los 350 artistas que se han presentado superan los requisitos mínimos de calidad, todos ellos obtendrán permiso. Los que reciban el «OK» del jurado deberán cumplir con las obligaciones que implica su autorización, cuya regulación se incluye en el artículo 17 del Plan zonal específico de la declaración de Zona de Protección Acústica Especial del distrito de Centro. Esta regulación prohíbe superar los límites de los niveles sonoros establecidos en la ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica y Térmica del Ayuntamiento. Los músicos no podrán actuar en los espacios denominados de Contaminación Acústica Alta; en los viales cuya anchura no supere los siete metros; en el acceso a las viviendas, locales o puntos de visión de los escaparates. También tendrán que mantener una distancia mínima entre ellos no inferior a 75 metros lineales. Además, no podrán actuar durante la siesta, entre las 15:00 y las 17:00 horas, y nunca más allá de las diez de la noche excepto entre junio y septiembre, meses en los que se les permitirá actuar hasta las 23:00 horas. Las pruebas continuarán durante hoy y mañana.
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