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Sol destapa el corazón de su manzana

El antiguo hotel París vuelve a lucir su fachada en el 1 del Kilómetro Cero. La futura tienda de Apple llevaba más de cinco años cubierta con una lona

El inmueble del número 1 de la Puerta del Sol se ha destapado dejando a la luz los trabajos de reforma que le convertirán en un nuevo centro comercial con una nueva imagen
El inmueble del número 1 de la Puerta del Sol se ha destapado dejando a la luz los trabajos de reforma que le convertirán en un nuevo centro comercial con una nueva imagenlarazon

La compañía sigue jugando al despiste. «Apple nunca ha dicho que vaya a abrir una tienda en la Puerta del Sol», aseguraba un portavoz en España de la multinacional.

La compañía sigue jugando al despiste. «Apple nunca ha dicho que vaya a abrir una tienda en la Puerta del Sol», aseguraba un portavoz en España de la multinacional de Steve Jobs sobre las novedades en la obra de adaptación del antiguo hotel París en la que, según han repetido distintos responsables municipales, será su tienda emblema en nuestro país. Pero lo cierto es que en los últimos días se ha retirado la lona que cubría desde hace años el edificio dejando al descubierto la marcha de los trabajos en su interior. «¡Anda, pues es bonito!», se sorprendía ayer una mujer mientras paseaba por el kilómetro cero de la capital. No es para menos. El número 1 de la Puerta del Sol lleva al menos cuatro años oculto a los ojos de madrileños y turistas en un espacio de obligada visita. Un tiempo en el que no sólo ha perdido la tradicional iluminación que lo igualaba con sus vecinos de la plaza cuando caía la noche, sino que también ha perdido uno de los elementos que le hacía diferente y le había convertido hasta entonces en imagen indispensable de las guías turísticas de Madrid: el cartel del Tío Pepe.

En el exterior apenas queda la fachada, con sus característicos miradores y balaustradas en el primero de sus pisos. Dentro han dejado la manzana hueca, suelos y unas columnas son lo único que ahora queda en pie en un edificio que no ha sido especialmente bien cuidado a lo largo de su historia. Ya en el plan especial que el Ayuntamiento de Madrid redactó en 2010 se hacía constar el mal estado de un inmueble que por su ubicación, fecha de construcción y arquitectura está catalogado como edificio protegido de nivel 1 (grado singular), tiene rango de monumento y se enmarca en un área de protección arqueológica como recinto histórico.

Protegido por su singularidad

En el último Pleno antes de que terminara el año 2011 se daba finalmente por aprobado el proyecto de rehabilitación que daba paso al inicio de unas obras que recuperarán este edificio del siglo XIX y lo convertirán en una nueva gran superficie comercial en la que, entre otros elementos, «se conservarán las líneas de carga con el mantenimiento de las columnas de fundición existentes en la planta baja y primera, reforzando y reparando las que no estén en buen estado» como pueden dar fe todos aquellos que se asomen a la obra.

Nuevo lucernario

El edificio, que fue construido tras la desamortización de Mendizábal, conserva una fachada similar a la de los inmuebles del lazo curvo de la plaza, un diseño atribuido a Antonio Ruiz de Salces, pero en la que se realizaron cambios al antojo de los inquilinos de los locales a pie de calle, sin respetar la imagen conjunta del edificio que ahora se busca recuperar. El esquema estructural de la construcción, que tiene siete plantas sobre el nivel del suelo (bajo, cuatro pisos, ático y bajo cubierta) y una planta más subterránea donde se conserva aún parte de un sótano abovedado, se mantendrá. La renovación se hará notar especialmente en su patio central, abierto ahora desde la primera planta, y que tras la reforma quedará cubierto por un lucernario que convertirá este área en una estancia más de la tienda y permitirá aumentar la edificabilidad del edificio de sus 6.066,84 metros cuadrados actuales a una superficie futura de 6.673,52 metros cuadrados. En cuanto a las fachadas, se han desmontado ya parte de los añadidos para recuperar una imagen unitaria y se van a eliminar todos los elementos no originales que se han ido añadiendo a la construcción, como carpinterías metálicas y de alumnio o persianas enrollables. Los muros interiores también darán trabajo a los operarios de la constructora San José, que resultó adjudicataria de la obra: con el paso del tiempo se fueron abriendo huecos para ventanas de baños o instalar equipamiento en el edificio, unos cambios que quedarán restaurados recuperándose las barandillas de los huecos de la ventana del patio.

Las dos escaleras que comunican los distintos pisos del edificio también están sufriendo cambios. Sus muros de apoyo se habían llenado de grandes grietas y su estructura había cedido en varios puntos; además ya no cumplían con la normativa de protección contra incendios. Ambas escaleras se mantendrán, pero la nueva comunicación vertical de la parte comercial del inmueble (las plantas sótano, baja y primera) estará dividida en tres partes, cada una con su respectiva escalera y ascensor para reabrir sus puertas al siglo XXI.

Un secreto para Apple

La tecnológica nunca ha levantado su secreto en torno a la que está llamada a convertirse en su tienda más grande en España igualando, –sino superando– a la que Apple tiene en la Quinta Avenida de Nueva York. Pero aunque desde la compañía de Steve Jobs la consigna es jugar al despiste y no confirmar que se instalarán en la parcela de casi 950 metros del número 1 de la Puerta del Sol, hasta el ex alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, confirmó en una entrevista en 2011 que el Ayuntamiento había mantenido contactos con Apple y que la empresa se instalará no sólo en la primera de las plantas del edificio, sino que lo ocupará en su totalidad. Otra incógnita se abre paso ahora: ¿Será el histórico Tío Pepe sustituído por una manzana blanca?