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Tania Sánchez: «Nadie se lee 500 páginas de un expediente»

Tania Sánchez declaró ayer que «no sabía» que estaba autorizando un contrato público a su hermano, que cobró 1,3 millones del Ayuntamiento del que eran concejales ella y su padre

Tania Sánchez dijo llegar «tranquilísima» a su declaración. Raúl Sánchez, padre de Tania y Héctor, también acudió a la cita judicial. Héctor Sánchez no quiso hablar a la salida del juzgado
Tania Sánchez dijo llegar «tranquilísima» a su declaración. Raúl Sánchez, padre de Tania y Héctor, también acudió a la cita judicial. Héctor Sánchez no quiso hablar a la salida del juzgadolarazon

Tania Sánchez declaró ayer que «no sabía» que estaba autorizando un contrato público a su hermano, que cobró 1,3 millones del Ayuntamiento del que eran concejales ella y su padre

Criticaron hasta la saciedad a la Infanta Cristina y a la ex ministra de Sanidad Ana Mato por «desconocer» que estaban incurriendo en un ilícito penal y ahora el argumento es el mismo. No puede decirse que la declaración de Tania Sánchez de ayer ante la jueza instructora del «caso Aúpa», que lleva el Juzgado de Instrucción número 6 de Arganda del Rey, fuera incómoda. La ex diputada de IU en la Asamblea de Madrid no tuvo que enfrentarse a las preguntas del fiscal –que no acudió a la citación judicial de Pedro del Cura, actual alcalde de Rivas, del lunes, ni a la de ayer– y, como era de esperar, se negó a contestar a las preguntas del abogado de la acusación, del PP. Así, la fundadora de Convocatoria por Madrid después de abandonar IU contestó durante algo más de media hora sólo a preguntas de su abogado y de la jueza instructora que, según fuentes cercanas al caso, realizó un interrogatorio bastante «genérico» y «light» del asunto sin entrar en detalles o posibles contradicciones de la imputada.

Tania pudo explayarse, por tanto, en su versión de los hechos: que no sabía que el expediente que aprobó el Pleno del Ayuntamiento ripense por unanimidad en 2008 (del que no se inhibió en su votación) incluía en su punto 35 una adjudicación de fondos públicos a la cooperativa de su hermano. Sánchez vino a decir que en las Juntas de Gobierno se aprueban muchos temas y que no sabía que tenía que inhibirse porque nadie le había advertido de ello cuando, según ella, todos sabían sus relaciones interfamiliares. A la cooperativa de su hermano se le adjudicaron contratos municipales (siendo su padre y su hermana concejales) por un valor de casi 1,3 millones.

Pero Tania declaró que lo único que se hizo fue aprobar «aquellas propuestas que venían correctamente informadas por los técnicos». «Hay una memoria para ser aprobada y tú no revisas las 500 páginas. Eso lo sabe cualquier persona que asiste a un ayuntamiento. Lo que hicieron todos los concejales fue aprobar ese expediente», dijo. La ex diputada madrileña añadió a las puertas del juzgado que se encontraba «tranquilísima» y que al fin había podido explicar a la jueza las «falsedades» en las que, a su juicio, se ha basado la querella del PP. Parte de esa extraña «alegría» de Tania a la salida del juzgado podría deberse, además de a la aparente buena sintonía con la instructora del caso, Gladys López, a que alguno de los delitos de los que se la acusa podría haber prescrito ya, al haberse cometido hace siete años. Pero además de las concesiones a Aúpa, a Tania Sánchez se le acusa de «autoadjudicar» a Pecados Capitales, la asociación cultural que creó junto con su hermano Héctor una subvención de 2.500 euros siendo ella misma concejala de Cultura.

El padre que no sabía que era su hijo

–también concejal del Ayuntamiento de Rivas–, explicaran ante la jueza por qué no se inhibieron en la votación para dar contratos con cargo al erario público a la cooperativa Aúpa, de la que Héctor Sánchez (hermano e hijo, respectivamente) era administrador único. Los tres acudieron a declarar acusados de los delitos de malversación de fondos, tráfico de influencias y prevaricación. El hermano y el padre de Tania apenas estuvieron 20 minutos. Raúl Sánchez siguió la misma línea que su hija y también dijo desconocer que su hijo fuera el administrador único de la cooperativa beneficiaria. Por su parte, Héctor, podría haber abusado de la información privilegiada que tanto su hermana como su padre podrían haberle dado en cuanto a subvenciones y plazos. Ayer, a su salida del juzgado, aseguró estar «nervioso», pero no quería realizar declaraciones a los medios porque él no es «personaje público».