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Así es el municipio de los pintores: una visita a los pueblos blancos de Cádiz y Málaga sin salir de Madrid

A menos de una hora desde el centro de Madrid, este pueblecito recuerda la esencia pura de los pueblos blancos andaluces

Olmeda de las Fuentes. Madrid.
Olmeda de las Fuentes.Madrid. Aire Nómada

La Comunidad de Madrid no es sólo lo que se puede encontrar en su capital, sino que a pocos kilómetros de la ciudad, se encuentra un mundo de pequeños pueblos llenos de encanto y tranquilidad. Para quienes buscan escapar del bullicio urbano durante un fin de semana, Madrid ofrece una amplia variedad de destinos que combinan naturaleza, historia y cultura.

Más allá de Aranjuez, Chinchón o El Escorial, hay otros lugares desconocidos que por su encanto, se han convertido en lugares obligatorios para visitar. Recordando a los pueblos blancos, típicos de la Sierra de Grazalema, ubicada entre Cádiz y Málaga, se encuentra Olmeda de las Fuentes que te transportará al sur sin salir de Madrid. Un destino perfecto para quienes buscan paz, belleza y una dosis de inspiración.

Conoce el pueblo de los pintores madrileños

A unos 50 kilómetros de la ciudad, encontramos Olmeda de las Fuentes. Se ubica en la conocida Alcarria Madrileña, limítrofe con la provincia de Guadalajara, entre el río Tajuña y el arroyo de la Vega. Un entorno privilegiado, rodeado de naturaleza virgen con gran riqueza paisajística, donde las laderas que descienden hasta el fondo del valle, sigue siendo el origen de las fuentes de la localidad, lo que crea un hermoso paraje digno de admiración.

El nombre original de la villa era el de Olmeda de la Cebolla, pero por unanimidad se cambió por el nombre actual el 29 de septiembre de 1953. El nombre se eligió por el gran número de manantiales y puntos de agua con los que cuenta el municipio. Sin embargo, su conocido mote del pueblo de los pintores proviene por los diversos artistas que durante décadas eligieron este lugar para asentarse y establecer su estudio. Los primeros pintores en llegar fueron Álvaro Delgado y Luis García Ochoa, pero otros llegaron más tarde como Alberto Moreno, Vela Zanetti o Pilar Aranda.

Su estética arquitectónica del casco urbano recuerda mucho más a latitudes andaluzas que madrileñas. El conjunto de casas blancas, encaladas y decoradas contrastan con el verde del entorno natural de la zona, dejando a la vista todo un espectáculo. Se recomienda perderse entre sus estrechas calles, subir hasta los puntos más elevados y contemplar el horizonte de la campiña. Pero sobre todo, dejarse llevar por la paz absoluta que se respira allí.

Qué hacer y ver en Olmeda de las Fuentes

Entre la multitud de planes que puedes hacer en este pueblo madrileño, aquí van algunas ideas que puedes tener en cuenta.

  • Su principal atracción turística, la Ruta de los Pintores. Este sendero propone un circuito para recorrer el casco urbano mostrando las casas donde vivieron algunos de los pintores que llegaron a partir de los años 60. Cada vivienda muestra un texto explicativo con una breve descripción del artista y una imagen representativa de una obra.
  • Visitar la Iglesia San Pedro Apóstol, uno de sus principales monumentos. Más allá de su valor como lugar de oración, el gran protagonismo de este edificio religioso se encuentra en el numeroso conjunto pictórico que alberga dentro. Además, se celebran conciertos, recitales y otros eventos culturales de interés para vecinos y visitantes.
Iglesia de San Pedro, en Olmeda de las Fuentes
Iglesia de San Pedro, en Olmeda de las FuentesQVH
  • Otra opción es la Red de Sendas y Caminos. Para los amantes del senderismo, existen más de 40 tramos para ir de ruta, o puedes recorrer todos en un total de 42 kilómetros. En ellos podrás disfrutar de las bondades del paisaje y caminar por los diferentes páramos, cuestas y vegas.

Ya sea para pasear por sus calles, admirar el trabajo de sus pintores o simplemente dejarse llevar por la belleza del entorno, Olmeda de las Fuentes es el ejemplo de que, a veces, no es necesario viajar lejos para encontrar lugares llenos de magia e inspiración. Sin duda, una visita que merece repetirse.