Urbanismo con historia
La historia de España está estrechamente ligada a la creación de nuevas poblaciones. Ya lo dijo el insigne arquitecto liberal y académico Leopoldo Torres Balbás: “Ningún otro pueblo ha llevado a cabo en este aspecto nada que lejanamente pueda comparársele”. De esta dilatada experiencia hay ejemplos en cuatro continentes, incluso los hay cercanos en el tiempo y en el espacio. Si nos remontamos al siglo XX, hay que citar dos organismos surgidos de la Guerra Civil: el Instituto Nacional de Colonización, encargado de fundar nuevas poblaciones en el medio rural (Regiones Devastadas, 1939), y el Instituto Nacional de Urbanización, artífice de las Actuaciones Urbanísticas Urgentes o ACTUR (1970), cuyo máximo exponente es Tres Cantos (Madrid).
Sirvan estas líneas para dejar constancia de lo que la condición de nuevo muchas veces le niega a Tres Cantos: su historia de núcleo inventado, su creación fruto de una época y de una forma de entender el urbanismo.
Decisiones políticas
De las 23 zonas alternativas que se barajaron para acoger la ACTUR de Madrid, Tres Cantos contó desde el principio con la predilección del entonces Director General de Urbanismo, Antonio Linares, y resultó la elegida tras un detalladísimo análisis.
Con 50 años de historia, salvo el topónimo que le da nombre, todo en el núcleo urbano de Tres Cantos deriva de un Decreto-ley de 1970 y de un Decreto de 1971, que lo enclava entre dos términos municipales: el de Colmenar Viejo y el de Madrid. Su situación a poco más de 20 kilómetros de la capital y sus 1.691 hectáreas hicieron que esta “unidad urbanística integrada” se viera como un lugar óptimo para absorber parte del déficit de suelo urbano de la gran concentración urbana madrileña.
El entorno de Tres Cantos era de sobra conocido por Franco y varios miembros de su régimen. Entre octubre de 1939 y marzo de 1940, mientras se adecúa el palacio de El Pardo, Franco se aloja en una propiedad próxima al actual casco urbano de Tres Cantos: el palacio de Viñuelas del duque del Infantado, calificado por algunos de paraíso cinegético de reyes y aristócratas. Además, siendo alcalde Madrid Alberto Alcocer, el Ayuntamiento arrienda los pastos de la finca “Tres Cantos”, aledaña al Monte de El Pardo. Esta finca, también conocida como La Paloma, se la compra el Ayuntamiento de Madrid en 1941 a Horacio Echevarría, fundador de Iberia. La finca incluye el edificio Armando Palacio Valdés, antigua residencia femenina.
Detrás de la concepción de Tres Cantos está la particular aspiración de Vicente Mortes, un obrero de Paterna (Valencia) que se paga la carrera de ingeniero de caminos trabajando y llega a ministro de la Vivienda. Mortes quiere construir al norte de Madrid una ciudad autosuficiente, donde residir y trabajar, para hacer frente a la especulación y a la demanda de viviendas sociales. Gracias a la legislación de la época, se lleva a cabo la expropiación forzosa por interés social y general de suelo rústico de Colmenar, lográndose los terrenos necesarios a un precio bajo. Así se explica la construcción de viviendas asequibles y de protección oficial. Una VPO para una familia numerosa podía tener entonces más de 200 m2.
La actividad productiva y el número de habitantes se fijan previamente: 150.000 habitantes y 35.000 viviendas. Además, la elección de Tres Cantos rompe con la tónica de asentar a las clases modestas en el este y sur de la capital, de escaso valor ambiental. En su lugar, aquí los vecinos pueden disfrutar del Monte de El Pardo, del Monte de Viñuelas y de la vista de la sierra de Guadarrama. La proximidad a Madrid y el gran valor ambiental de los terrenos que separan Tres Cantos de la capital hizo que muchos temieran que fueran objeto de la especulación y terminaran edificados, algo que no ha sucedido. De hecho, la carretera que los une (M-607) es quizá el acceso a Madrid más bonito.
Los inicios con el Instituto Nacional de Urbanización
El Instituto Nacional de Urbanización (INUR) es el encargado de poner en marcha Tres Cantos y de crear la sociedad Tres Cantos SA, constituida en 1976 con 500 millones de pesetas. Este capital lo ponen el INUR, la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid y la Diputación Provincial de Madrid. Las oficinas de Tres Cantos SA ocupan unos antiguos estudios de cine, Estudios Verona, que junto con Las Vaquerizas y algún que otro chalé son lo único edificado que hay en el área de Tres Cantos cuando empieza su construcción. También forman parte de la historia de Tres Cantos la desaparecida COPLACO y el SEPES.
Los autores del diseño inicial de Tres Cantos, con forma de tridente, toman como referencia trabajos nacionales y extranjeros: desde la vanguardia urbanística española del siglo XIX hasta nuevas ciudades europeas como Runcorn, Hook o Perlach. No hay duda de la entrega, la ilusión, la voluntariedad y el rigor con que trabajaron los hombres que diseñaron el primer Tres Cantos, que en muchos aspectos son unos adelantados. Estudian, por ejemplo, la energía solar y la geotérmica, la influencia eólica, las cotas de interés visual, el impacto de la “futura autopista” o la implantación de un sistema sueco de recogida neumática de basura. Pero el lento crecimiento inicial de Tres Cantos hace que sea presa fácil de los avatares padecidos por España, que hacen mella en la planificación, la gestión y la ejecución de sus dos primeros planes urbanísticos: el Avance de Plan Parcial de 1971 y el Plan Parcial de 1986.
Desde la crisis de los años 70 a 1991
Ni en los diseñadores ni en sus propuestas hay que buscar las causas del poco éxito inicial. Más bien hay que pensar en el efecto que la crisis económica de los años 70 tuvo sobre la inversión privada, en cuyas manos había un gran volumen de suelo. Entre los afectados, numerosas cooperativas de viviendas. Fueron años de estancamiento y una herencia que tardó en superarse.
Tras la crisis, y hasta la consolidación de Tres Cantos en 1991 como el municipio 179 de la Comunidad de Madrid, se viven años de crecimiento gracias a la bonanza económica y a que Tres Cantos SA, encargada de su gestión, reinvierte en el núcleo los beneficios y las plusvalías que se van obteniendo, cumpliendo así su objeto social. ¿El resultado? En los primeros 20 años de Tres Cantos se hacen la mayor parte de las infraestructuras y muchas de sus dotaciones.
Innovación en el ADN
Buena parte de los éxitos del Tres Cantos de entonces guardan relación con sus infraestructuras, su red peatonal, sus dotaciones y equipamientos, su edificación y sus zonas verdes. También con decisiones políticas tomadas en los años 80 que hablan de innovación: la acogida del proyecto ARPEGIO, la clasificación de Zona de Urgente Reindustrialización, la construcción de la planta de ATT-Microelectrónica España y del primer parque tecnológico de la Comunidad.
Hoy no queda nada del edificio de ARPEGIO, premio de arquitectura en 1985, que albergó un centro de diseño y una incubadora de empresas. La planta de ATT lleva años desocupada. Pero el Parque Tecnológico de Madrid es un referente nacional y su zona industrial, que acogió hasta 2004 a la farmacéutica PharmaMar, de plena actualidad por el COVID, cuenta desde sus inicios con empresas punteras, como BDF (Nivea).
Una relación que termina en divorcio
La difícil relación entre Tres Cantos y Colmenar Viejo es fruto de la configuración de Tres Cantos como núcleo de nueva planta no adaptado a un esquema organizativo preexistente, así como a su interferencia con los límites territoriales de un municipio consolidado.
Para solventar la situación Tres Cantos se transforma en Distrito urbano, aprobando el Ayuntamiento de Colmenar Viejo la creación de la Junta Municipal de Distrito de Tres Cantos en 1989. Es la primera Junta de Distrito creada fuera de Madrid capital. Como órgano territorial desligado de Colmenar, la Junta representa a Tres Cantos y a la urbanización Soto de Viñuelas, encargándose de dotar a sus vecinos de los servicios municipales.
La segregación de Colmenar se consuma el 21 de marzo de 1991, día que marca la aparición en escena del nuevo municipio y de su ayuntamiento. Poco tienen que ver los 150.000 habitantes y las 35.000 viviendas programadas en 1971, con los 14.000 habitantes y las casi 6.000 viviendas terminadas en ese año, por no hablar de la superficie: para que la extensión del nuevo término municipal no condicione la viabilidad económica del núcleo, Tres Cantos aumenta entonces su superficie en más del doble, pasando a tener 3.800 hectáreas.
El origen de Tres Cantos es digno de conocerse: ayuda a entender cómo ha llegado a donde está, su riqueza y su número de habitantes, más de 48.000. También permite ver la diferencia con el Nuevo Tres Cantos, concebido sin el interés social del núcleo original y con Netflix como estrella. ¡Si el ministro Mortes y Estudios Verona levantaran la cabeza!
- La imágenes que ilustran este artículo proceden del archivo fotográfico de Luis Pernía