Música

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Michael Bublé, el buen ladrón

De Bublé, casado con una argentina, podemos esperar algún guiño
De Bublé, casado con una argentina, podemos esperar algún guiñolarazon

Apenas unos días después de conseguir su cuarto Grammy, esta vez al mejor álbum de pop tradicional por «To Be Loved», Michael Bublé estará esta noche en el Palacio de los Deportes de Madrid con las entradas agotadas y la expectación por todo lo alto para ver en directo a quien, en términos artísticos, ha sido presentado muchas veces como el heredero del Rat Pack (ese combo de crooner que formaron Sinatra, Dean Martin, Peter Lawford y Sammy Davis Jr., entre otros), al tiempo que es contemplado por buena parte del público, en una horquilla siempre idealizada, como el yerno, marido, amante y/o amigo soñado. La nada despreciable cifra –más aún en la era de las descargas– de 30 millones de discos vendidos en todo el mundo da cuenta de la dimensión adquirida por este canadiense de 38 años, casado con la actriz argentina Luisana Lopilato y que en esta gira estrena paternidad (su hijo Noah nació el pasado mes de agosto). Un vínculo que garantiza unas cuantas palabras en un español chapurreado con gracia, con una pasmosa facilidad para conquistar a su audiencia entre «standards» de jazz vocal, coqueteos con el soul y un pop para todos los públicos. Si han tratado de comprar un disco suyo esta Navidad, sabrán de qué estamos hablando cuando nos referimos a su éxito.

Robar o investigar

Preguntado en una entrevista publicada en «The Guardian» por el consejo que daría a un cantante que estuviera dando sus primeros pasos en la música, el autor de «Crazy Love» no lo dudó: «Roba de tanta gente como sea posible; estafa a una sola persona y serás un ladrón, pero si tomas prestado de muchas podrás decir que es un trabajo de investigación». Antes había citado nombres como los de Louis Armstrong, Elvis Presley, Harry Connick Jr., Bing Crosby o Michael Jackson, de quien en su espectáculo suele recuperar unos cuantos pasos de baile. Si añadimos a Frank Sinatra y Dean Martin, el cuadro de sus referentes está completo.

Romántico de pies a cabeza, hasta en el primer single de su último trabajo, «It's a Beautiful Day», de apariencia amable y un fondo de venganza, mantiene ese conocido y pegajoso gusto por el azúcar, con una melodía que amenaza con engancharte de forma inevitable. «Estaba al piano después de haber tomado unas copas. Empecé a tocar y, no sé por qué, pero fueron las primeras palabras que salieron de mi boca. Es probablemente un mensaje a quienes alguna vez rompieron conmigo, aunque de forma subconsciente, porque en realidad no tenía en mente a nadie en concreto. Pensé que sería muy divertido seguir por ahí y realmente disfruté llegando a escribir una anticanción de amor, celebrando la angustia, celebrando que, cuando esa persona te ha dejado, tu vida ha ido a mejor. Pero la gente no escucha esas palabras, así que apostaría un millón de dólares a que habrá quien ponga este tema en su boda», comentaba el intérprete nacido en Burnaby. Sobre el escenario, este «crooner» de alcance masivo muestra una exultante vitalidad trufada de guiños al público y un coqueteo en el que se maneja con absoluta soltura. «Me siento como el Benjamin Button de la música. Hubo un momento en que podría haber dejado de cantar en medio de un concierto y nadie se habría dado cuenta, pero poco a poco mi imagen está cambiando y cada vez más gente está empezando a entender mejor quién soy. Con este disco intenté salirme del camino y, por primera vez, tenía la certeza de que podía tomar riesgos; me sentía más valiente que nunca».

Incluso «Get Lucky»

Como resultado, más de dos horas de música en las que repasará temas propios, como «Haven't Met You Yet», pero sobre todo hará suyas composiciones ajenas con una versatilidad creciente: del «MoonDance» de Van Morrison al «How Can You Mend a Broken Heart?» de los Bee Gees, pasando por versiones de Jackson Five, The Drifters, The Beatles, Nat King Cole, Julie London o el «Come Dance With Me» que inmortalizó Sinatra. Un repertorio que juega a caballo ganador y en donde también se colará, cómo no, el multipremiado «Get Lucky» de Daft Punk. Sí, Michael Bublé también es un tipo con suerte.

Guiño Motown

Dentro de esos riesgos moderados que Bublé dice haber tomado en «To Be Loved», encontramos algún que otro guiño al sonido Motown, acercándose a un género, el soul, que hasta ahora no había abordado de forma tan clara. La mejor muestra es «Who's Lovin' You», que Smokey Robinson escribió para The Miracles y que fue interpretado por The Temptations, The Supremes o The Jackson Five. Además, ha abandonado a su productor habitual, David Foster, conocido por sus arreglos de pop orquestado, para meter más músculo a su música de la mano del canadiense Bob Rock, responsable del sonido más comercial de bandas como Metallica, Bon Jovi, The Offspring o Aerosmith.