El Trípode del martes

«Alea jacta est»: Trump en la Casa Blanca

La personalidad de Trump con mayoría en el Senado y en la Cámara de Representantes le otorga un gran poder que está decidido a utilizar para «Hacer América grande de nuevo»

Ya es oficial desde ayer por la tarde hora de España que Donald Trump es de nuevo el presidente de los EE UU. Como es sabido, de momento todavía la mayor superpotencia del mundo, aunque ya no reconociéndosele ese poder en solitario desde que China y Rusia acordaron en febrero de 2022 en Pekín que su hegemonía mundial unipolar había concluido y que debía compartirla con otras potencias como polos de un nuevo orden global multipolar a decidir. La personalidad de Trump con mayoría en el Senado y en la Cámara de Representantes le otorga un gran poder que está decidido a utilizar para «Hacer América grande de nuevo» potenciando su economía y su desarrollo tecnológico. Es un auténtico reto -que mantiene en tensión a la progresía internacional- su voluntad de acabar con la cultura woke en sus manifestaciones climáticas, en las igualitarias e identitarias de la ideología de género y la Agenda 2030, decididas por las élites del progresismo global a las que Sánchez acude hoy a rendir pleitesía en Davos. Sus queridos Bill Gates y Alex Soros no gozan de particular aprecio en el entorno trumpista donde Elon Musk y Mark Zuckerberg tienen vara alta y no menor influencia en los medios digitales de gran importancia en la actual sociedad de la información lo que mantiene inquieta a la progresía global. Habrá ocasión en las próximas semanas de comentar decisiones suyas, políticas, económicas y culturales, que sin duda romperán con no pocas situaciones y opiniones consideradas como auténticos axiomas en la actual sociedad occidental, sumida en una desinformación general para imponer el relato político y social de las poderosas élites que ejercen el poder en la sombra. Son muy poderosos los adversarios que tiene enfrente Trump con este programa ante los que toda protección no será excesiva para impedir que no consigan acabar con él. Los dos atentados fallidos durante la campaña electoral son a estos efectos un claro aviso a navegantes. Y por cierto muy llamativa la fecha del atentado «de su oreja derecha» el 13 de julio del año pasado. «En los designios de la Providencia no hay meras coincidencias» y esa fecha desde luego no fue una casualidad. Dice Trump que quiere hacer otra vez grande a América, lo que en su opinión exige acabar con la inmigración irregular que alcanza a varios millones de personas entre las cuales algunas son un grave problema para una convivencia civilizada, en paz y libertad. Deportaciones masivas van a estar a la orden del día y la progresista opinión de Sánchez (y Yolanda) no es previsible le preocupe en exceso a Trump.