El iPhone nunca será barato

La gran sorpresa de la presentación de los nuevos modelos de iPhone de ayer fue su precio "low cost". Pese a que a España no llegarán, hasta que no semos dignos de ellos, o sea prometamos infidelidad a los chinos, japonenes y coreanos y salgamos de la crisis para poder sumir sus costes, creo que poner un nuevo modelo de "bajo precio"a 599 euros, ¡es una pasada!

Sí, es así. Y es que algo de lo que deberíamos habernos dado cuenta todos es que de plástico o de grafito, la exclusividad (algo de lo que presumía el Apple de la era Jobs) se paga. Y en el caso de los de Cupertino, caro. Pero esto traerá consecuencias. Me duele cuando dicen que esto será el final de Apple, porque quienes pagarán caro estos precios no sólo serán los consumidores, sino la empresa cuando éstos sean menos de lo esperado y disminuyan las ganancias.

Quizás la presión es tanta que la creatividad de Apple, su "savoir faire", se esté diluyendo, más acentuado si cabe desde la pérdida de Jobs. No se pone en duda a los actuales directores de la orquesta de Cupertino, pero han de reconocer que han perdido la "chispa". Nunca quisieron vender más que Microsoft, sólo demostrar que lo podían hacer mejor.

Por eso, creo que los nuevos modelos de iPhone visto desde un punto de vista objetivo, tienen grandes mejoras que incorporarán avances importantes como la detección de la huella dactilar, Touch ID. Algo que no sólo será útil para desbloquear el teléfono, sino para los pagos vía NFC, como forma de autentificación. Las mejoras en las lentes de la cámara confirmar que ya nadie tiene una compacta en su casa, ya que con la del móvil va servido.

La introducción de plástico, que prometía una significativa bajada de precios, viene a conformar a todos los que pensaban que el iPhone era demasiado "recto". Ya que el interior es prácticamente igual al iPhone 5, y eso hay que pagarlo.

Lástima, que pese a que fue la primera vez que Apple presentaba dos teléfonos en un mismo acto, no hicieron nada más. No hubo iWatch, ni nuevos modelos de iPad, eso si hubiera sido una sorpresa y hubiera dejado en un segundo plano los precios. Algo que antes no evitaba largas colas de espera en las tiendas, y ¡eso que ya había crisis!