No es lo que parece
Un error de expectativas
Hasta los dirigentes socialistas dan por segura la derrota electoral en privado y admiten que de lo que se trata es de evitar una catástrofe que se arrastre durante legislaturas: Mariano Rajoy no podría soñar con un escenario aparentemente más placentero. Pero el PP se ha dado cuenta de que tiene tres problemas: el primero, que en estas elecciones de mayo ya no es la referencia del centro-derecha en Navarra, y puede que tampoco en Asturias, donde todo depende de qué pasa con el partido de Francisco Álvarez Cascos. Ni Cataluña, ni País Vasco, ni Navarra..., y a ver qué sucede también con Cantabria. Segundo problema: han contribuido a que la referencia para estos comicios de mayo sean las expectativas de las encuestas de unas generales, cuando no tienen nada que ver. Las elecciones municipales siempre terminan en empate. Basta con mirar la serie histórica. En las del 95 la distancia entre los dos principales partidos fue de 4,5 puntos a favor del PP, pero luego esa diferencia se redujo a décimas, a favor de uno o de otro. En 2003 el PSOE ganó por décimas en porcentaje de voto, y el PP, en concejales; en 2007, a la inversa. Tercer y último error, lanzar el mensaje de que el "cambio"es Castilla-La Mancha, un objetivo correoso y muy arriesgado porque todo dependerá de un puñado de votos y en una provincia, Ciudad Real, cuyo resultado lo determina una reforma electoral "ad hoc"que ha aprobado el Gobierno de Barreda. No son errores de bulto, pero el exceso de confianza es terreno movedizo.
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