César Vidal
¡A la hoguera con los inhumanos!
Está la vida que no deja uno de llevarse sobresaltos. Andaba yo repasando materiales de la Historia reciente cuando me he encontrado –¡oh, horror de los horrores!– con una canción titulada «Las chicas no tienen pilila» de un grupo llamado «Los inhumanos». El horror se ha apoderado de mí al escuchar semejante afirmación porque de todos es sabido que las niñas tienen pilila, tienen cosita y tienen lo que les salga... de la cosita o de la pilila. Pero es que no acaba ahí la maldad fascista del episodio. Es que, además, la letra pretende, primero, que descubrió que las niñas carecen de ese órgano desde que era niño y, segundo, que, por añadidura, «nunca la tendrán». En el colmo del machismo heteropatriarcal, «Los inhumanos» incluso acaban su canción opresora deseando que sea así para siempre. Se me escapa cómo semejante maldad con corcheas se ha podido escapar durante tanto tiempo de la atención de la gente que cuida de lo que debemos creer, decir y hablar. ¿Cómo han pasado por alto semejante monstruosidad los centenares de homosexuales –con pilila o con cosita– que son pagados con fondos procedentes de los bolsillos de los contribuyentes para adoctrinar en la ideología de género a los niños? ¿Cómo no han reparado en este canto maligno las diez CC AA –¡diez!– donde esa ideología de género se ha impuesto en las aulas en contra del derecho a la libertad de educación de los padres? ¿Cómo no lo ha visto ese juzgado donde la Fiscalía pide la libertad para un pederasta que abusaba de una niña, pero luego empapela un autobús por decir menos que «Los inhumanos»? ¡Carmena! ¡Colau! ¡Cifuentes! ¿Cómo no habéis estado vigilantes? ¿Acaso andábais mirándoos la pilila y os habéis distraído de vuestras obligaciones? ¿De qué sirve que millones de euros de los ciudadanos vayan a parar a la celebración del Día del orgullo gay; a financiar cursos, cursillos y cursetes donde se enseñan estas verdades fundamentales indiscutibles; a subvencionar a medios y centros donde se pregona este evangelio innegable si luego se les va de las manos algo tan peligroso como la canción de «Los inhumanos»? Desde luego, no ganamos para sustos. Yo incluso temo un día despertarme con la noticia de que sobre España ha llovido fuego y azufre... aunque también es posible que Dios pida disculpas a Sodoma y Gomorra.
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