Lucas Haurie

Adoctrinando

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Los capataces que guardan del cortijo judicial que PSOE y PP mantienen en Granada bajo el nombre de TSJA han mandado editar una «Guía para el tratamiento informativo de los procesos judiciales» que bien podría llevar el subtítulo de «Catecismo para quienes sigan teniendo la peligrosa tentación de ejercer el periodismo». Naturalmente, no se han dignado a preguntar a ninguno de los muchos reporteros de tribunales que ejercen en la región porque estas cosas ahora se elaboran (y se cobran) en comandita con los «tíos Tom» del oficio, ex profesionales cansados de trabajar que hallan refugio y gabelas en colegios de periodistas, consejos audiovisuales u otras partidas de la porra moral al servicio de los políticos. El opúsculo es un compendio de obviedades y conminaciones a la corrección política de una ñoñería enternecedora si no fuese por la carga ideológica que contiene. En efecto: el poder judicial, con la complicidad de cuatro renegados de la profesión pasados al lado oscuro y con el dinero de la Junta (es decir, del contribuyente), alecciona a la prensa en el innoble arte de la autocensura. El régimen nos quiere adoctrinados desde la cuna a la tumba: relativismo en la familia, sacralización de la ignorancia en la escuela y prietas las filas en los medios de comunicación. La receta de la ingeniería social. ¿Qué es el hombre sin enseñanza? El salvaje. ¿Qué es el hombre sin conocimiento? El alienado. ¿Qué es el hombre sin información veraz? La marioneta. Andalucía será en las próximas décadas una selva de alineadas marionetas.