Cástor Díaz Barrado

Agotar la negociación

La Razón
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Va a ser difícil que las partes lleguen a un acuerdo en las nuevas conversaciones que se están celebrando en Ginebra con el fin de alcanzar puntos comunes en relación con el conflicto sirio. El acuerdo para el fin de la contienda está, desafortunadamente, muy lejos o, al menos, nada hace prever que se vaya a llegar a una solución en un breve lapso de tiempo. La situación siria es cada vez más compleja y, desde luego, no tiene fácil solución, tanto por los actores que participan en el conflicto, y sobre todo por las posiciones inamovibles que mantienen, como por los intereses que están en juego de muchos países de la comunidad internacional. El conflicto en Siria ha alcanzado, además, unas dimensiones que no cabía esperar en un principio y que han situado sobre el tablero sirio buena parte de los asuntos que se están dilucidando, en la actualidad, en la escena internacional. Aunque las conversaciones «indirectas» en Ginebra traten de buscar puntos de acercamiento entre las autoridades del régimen sirio y los representantes de las principales facciones opositoras, quedan por resolver muchas otras cuestiones en las que deberían participar más actores de la sociedad internacional. Por de pronto, hay que eliminar la amenaza del Estado islámico que, desde hace tiempo, se cierne sobre Siria y que, en la actualidad, sigue ocupando parte de su territorio. El «consenso» que parece existir a este respecto entre los principales actores en el conflicto debe plasmarse definitivamente en acciones y comportamientos conjuntos. Asimismo, la comunidad internacional debe poner fin, y exigir a las partes en conflicto que se acabe con las violaciones de los derechos humanos y que se detenga la huida masiva de ciudadanos sirios de su país. Éstas son las dos cuestiones que deben recibir una respuesta más inmediata y en las que se deben centrar las conversaciones de Ginebra. Hay que conseguirlo y, para ello, hay que agotar hasta el límite la negociación.